Chale, lamento haber acusado de pinochetista al sector opositors por la manera en que le rinden culto al pensamiento ultracorservador y autoritario pues, luego de ver la manera en que el prianchuchismo en pleno felicitó con albricias y espantasuegras la toma de la embajada mexicana en Ecuador, el viejo dictador hasta parece un humanista. Ni siquiera en el peor momento del golpe militar en Chile, Pinochet no se atrevió a hacer lo que hizo el presidente ecuatoriano, pasarse por el Arco del Triunfo todos los acuerdos diplomáticos habidos y por haber. Tan torpe fue la actuación de mi Dany Noboa, conocido juiniorzazo al que solo le falta su campo de golf, que cualquiera diría que lo asesoraron el Saco de pus y Máxito Cortázar.
Por supuesto, la caballada flaca opositora salió a celebrar el acto tenebroso y hasta se burlaron del cuerpo diplomático que fue humillado por los militares. Eso sí, se sintieron traicionados cuando hasta Loret y el gobierno de Javier Milei reprobaron el abuso de Noboa, pobrecitos.
Ante el conflicto ecuatorino que revela sin duda el espíritu patriota de la oposicion, el Debate presidencial nos ofreció un espectáculo tan tranquilizante como la sonrisa del Guasón del candidato Maynez que quiso dar showcito como Chertorinski Kinski, pero en versión todavía más furris. Eso sí, le recordó a la candidata del PRIANChu su viajes mágicos y misteriosos por la corrupción y hasta la comparó con Alitititito Moreno, qué manchado. Por otro lado, Xóchitl Gálvez llegó echando el bofe en una bici toda trastabilleante y nerviosa, como estuvo a lo largo del debate desprovista de teleprompters. Por supuesto, trató de hacer lo obvio, culpar a Claudia Sheinbaum hasta de la caída del imperio bizantino y de ser fría y malévola, mientras la morenista respondía con entereza a fuerza de soplamocos que le ponían los ojos birolos a la del huipil sin huipil. Sobre todo cuando la candidata de Morena le espetó una frase lapidaria: “Hasta la bolsa del tiempo la candidata del PRIAN se la quiere robar”, mientras la señalaba por mentirosa y corrupta.
Todo mal para Xóchitl (quiso ser chistosa, brava e implacable, pero no lo logró), pero sobre todo en su cierre cuando después de un rollazo telenovelero que no se pudo poner más cursi, abrazó el lábaro patrio mostrándolo al revés, pues ante su incapacidad para discursar, ¡tuvo que leer el texto!
A ver si en su desesperación, a X no se le vaya a ocurrir ir a tomar la embajada de Ecuador. No se rían.