Es muy plausible que la candidata del Frente Marchito pero derechairo, Xóchitl Gálvez, haya acudido a la Cruz Roja a hacer sus muy paupérrimas donaciones para Acapulco al ritmo de “Déjenme si estoy donando”. Una cosa muy bonita porque casi ni parecía acto de campaña para que la vieran entregando tres cajas, unas bolsas y algunas botellas de agua. Lo malo es que, al disponer de su propio cártel inmobiliario, era para que hubiera mandado dos o tres tráileres repletos y su mensaje habría sido poderoso y no quedar en el ridi. Los mismos grandes plutócratas de la vida nada galante como Claudio XXX que, antes que hacer tanto pancho porque según ellos el gobierno no ha hecho nada de nada (es lo malo de informarse con Sarmiento), antes tendría que haber mandado a la zona de desastre por lo menos un avión Hércules repleto de los productos de su empresa Kimberly Clark.
Ahí sí mala onda de Carlos Slim, que ya entregó 26 toneladas en apoyos, solo para humillar los cien pinchis litros de agua que quieren aportar Alazraki y los paleros de Alazraki.
Bueno, a Lady X no le da para un gesto solidario, pero al menos podría tomar un curso de oratoria porque no puede hacer llegar con claridad sus mensajes como se le vio recientemente en un acto en contra de las “energías fósiles” (en un principio pensé que se refería a Alititito, Zambranitititito y Markititito), si en materia de dicción se está acercando muy peligrosamente a Margarita Zavala (que busca el rescate de yates en Caleta-Caletilla). ¿Cómo estaría la cosa que la Rabadán y Laura Zapata, que suelen hablar en algo muy remotamente parecido al español, se le quedaban viendo con cara de what?
Algo que solo se puede comparar con lo que me cuentan del jurado del premio Pulitzer que, asombrados por su obra, están a dos de premiar a Luz Elena Chávez por sus notabilísimos libros, El rey del cash (donde acusa a AMLO de robarse hasta molduras y rines, pero sin información confirmada, un puñado de tuits y referencias a la ouija) y el más reciente titulado, El gran corruptor, que prometía información confirmada y de primera mano, pero que trae, para buena suerte de los lectores de la dotora Dresser, más y mejores fake news de pésimo y reguetonero gusto. Y hasta un empresario que, según la autora, fue extorsionado por AMLO, ya la desmintió alegando que ni la topa. ¡Qué maravilla!
Igual que lo de las drogas con logo de Segalmex, el peor montaje después del padre de Lord Montajes.
¡Déjenme si estoy donando!