A don Chumel, tan ducho y dado a la neymariña, se le ocurrió llevar el concepto “hacerse la vístima” a niveles insospechados, hasta el territorio de la telenovela, bajo el rubro del melodrama ranchero. Fue muy bonito ver a este personaje que es la encarnación misma del humanismo, la sensibilidad y la morigeración, tratar de imitar a don Fernando Soler como Cruz Treviño de la Garza en La oveja negra, con Pedro Infante. Enarcada la oreja, actitud bien machina, acicalándose el mostacho y sacando el acento norteño bien chilo, bien recio (bueno, hasta me lo imaginé con sus botas bien piporras), para decirnos que él es uno de los héroes que nos dieron patria, que siempre ha criticado a los presidentes (las risas se compran por separado, ahí están sus genuflexiones con mi licenciado Peña), que a él no lo van a censurar porque es muy hombre y bien macho como para enfrentar al Dictador y que toda esa bola de nacos —diría su compadre el Wachumare— que lo critican se la pelan.
La verdad, por un momento pensé que se iba a envolver en el lábaro patrio y se iba a lanzar desde el Castillo de Chapultepec para caer en Santa Fake.
Hasta le hubieran dado el papel de Rubí.
Todo indica que se pasaron de roscas con la terapia de superación personal y baja autoestima para Chumel, que ahora se cree el nuevo Francisco Zarco, el Manuel Buendía de los millennials. Seguramente por eso cualquiera diría que esta asesorando a la dotora Dresser que ahora anda muy chistina. ¡Me la está sonsacando!
Pobre Chumel, lo que necesita es un apapacho. Igual que los de Acción Nacional, que encontraron como única manera de escapar de su próxima extinción juntarse, ooooootraaaaaaaaaveeeeeez, con lo que queda del PRD y el Instituto Chuchístico de Verano. Digo, si ya sabremos lo que hicieron en las elecciones pasadas, qué necesidad de repetir tan espeluznante experiencia. Se ve que a Markititititito Cortés no puede acabar solo con el partido y convocó a los perredistas y a los dantescos de MC para hacerlo más de volada.
Ya se les olvidó lo que le pasó a Ricky Riquín Canallín y no se hincan.
Igual pasa con Morena, que en su afán pragmático anunció que se va a arrejuntar con el Partido Verde, que casi ni es oportunista ni está hecho por y para rémoras como el Nini Verde. O sea, parece que no entienden; ya se las aplicó Lilly Ledy Téllez, que ahora les dice caníbales y come-cuando-hay. No puede ser.
Churumbel, el nuevo niño héroe.
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@jairocalixto
