Más triste que un torero, al otro lado del telón de acero, o que la Barrales que en pleno Día Internacional de la Mujer la están dejando sola en el PRD con Los Chuchos, o que un parisino luego del vil atraco ocurrido en el Camp Nou de Barcelona (todo indica que los culés importaron de Coapa todas las mañas americanistas, pues lo único que faltó para el cumplimiento de esa remontada que tiene todo menos que se clasifique como histórica, es que el árbitro fuera de la Femexfut), así estoy yo sin mi credencial de dreamer.
Gracias al alucinante despliegue bestial de Donald Kong, que cree que su reino es el de la Isla Calavera, los famosos dreamers se han convertido en oscuros objetos deseo por parte de las autoridades migratorias y los gorilitas del ICE, que a juzgar por la manera de armar sus operativos queda claro que su corazón es un témpano de hielo, pero también en fuentes de deseos aspiracionales para los mexicanos de este lado. Sobre todo por el despliegue de apoyos de los que serán objeto (además de la gran inversión que se dará a los consulados para que recluten abogados especializados para que los apoyen, recursos obtenidos según dicen del INE al renunciar a su Hotel, SPA & Resort) en cuanto sean echados de la tierra prometida de Trumplandia: espacios educativos a cualquier nivel, trabajo asegurado (incluso hay una propuesta para otorgar fuertes incentivos fiscales para aquellos que los empleen), los van a recibir al aeropuerto con bombo y platillo, además de pasar a ser parte del espectáculo electorero de políticos y partidos que, y acuérdense de mí, les van a ofrecer hasta diputaciones.
Ojalá y eso fuera el resultado de una genuina manera por parte del Estado mexicano de resarcir el atroz olvido en el que se ha tenido a nuestros espaldas mojadas que, por otro lado, deberían estar un poco encabronados porque con todos esos multimillonarios enviados desde el otro lado por décadas, México se mantiene en los límites del subdesarrollo. Aunque el mai que despacha en Sedesol, afirme que hay hambre en el país porque “no nos dicen dónde están los pobres en carencia alimentaria”. A lo mejor se la pasa mucho tiempo en Atlacomulco, donde los cuates como Manzur, secretario de Gobierno del gran Eruviel, tienen unos ranchototototototes donde lleva a pastar a su ego. Quizá habría que proporcionarle al muchacho un detector de pobres para que los vaya conociendo.
Como quiera que sea, ya hay muchos compatriotas que se preparan para irse de mojados, dejarse apañar por los kukusklanes trumpistas y que cuando los retachen peor que a Huicho Domínguez y a la Pelangocha se hagan acreedores a casa, comida y sustento.
Ya no se sabe qué está más viciado, si todo esto del dreamerato o la Champions League que consintió la película del momento: Atraco en el Camp Nou.
