Las remesas que envían los migrantes a Puebla y su preocupación por lo que sucede en sus comunidades de origen, les brinda el derecho a que participen en la vida política y puedan ejercer su derecho al voto.
Los poblanos que radican en el extranjero principalmente en Estados Unidos, suman siete años estableciendo montos históricos en el envío de dólares a sus familias en diferentes regiones del estado de Puebla.
Tan solo en un año, a lo largo de 2022, los migrantes poblanos enviaron un total de 2 mil 745.8 millones de dólares, unos 54 mil 916 millones de pesos, a un tipo de cambio de 20 pesos por dólar, cifra histórica.
En este 2023, los migrantes poblanos mantienen un ritmo que indica que se podrá establecer un récord. De enero a junio de este año, el estado recibió mil 517.5 millones de dólares por concepto de remesas, unos 25 millones 806 mil pesos a un tipo de cambio de 17 pesos por dólar.
Las remesas son un indicativo de que los migrantes pueden dejar su país, sus comunidades de origen, por diferentes razones; sin embargo, no se olvidan de sus familias y están al pendiente de lo que sucede.
José Luis Estrada Rodríguez, investigador de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y Alejandro Guerrero Monroy, asociado del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI), resaltan en su libro “Lenguaje del voto migrante. Compendio de términos y conceptos”, que, por los montos históricos en remesas, sus aportaciones a la economía local y contribuciones al desarrollo de sus comunidades, los procesos electorales en los diferentes estados del país, entre ellos, el de Puebla, se encuentran en deuda con los migrantes.
A menos de un año de las elecciones generales de 2024 en las que se nombrarán al presidente de México, a los integrantes del Senado, a los diputados federales, al gobernador de Puebla, a lo legisladores locales y a los 217 presidentes municipales, es necesario que se refuerce la vinculación política con quienes radican fuera de México.
Los investigadores coinciden, de manera acertada que, sin tomar en cuenta la opinión y el voto de los migrantes, la democracia se encuentra incompleta. A pesar de que tienen poco y trabajan más allá de su jornada laboral, los connacionales están interesados en su país y lo mínimo que se les puede garantizar es el derecho a votar.