Las remesas que envían los connacionales que viven, en su mayoría, en Estados Unidos, al estado de Puebla se duplicaron en una década y se triplicaron en un periodo de 20 años, ante una combinación de factores como un aumento de los flujos migratorios, una mayor ocupación, una mejor calidad de vida y un mayor dinamismo económico del vecino del norte.
La entidad poblana recibió durante el año 2022 un total de 2 mil 745.8 millones de dólares, unos 49 mil 424.4 millones de pesos, un monto histórico nunca antes registrado por el Banco de México (Banxico).
En el año 2003, es decir, hace 20 años, Puebla recibió 854 millones de dólares por concepto de remesas; mientras que una década más tarde, en el año 2012, los connacionales que radican en la unión norteamericana enviaron mil 403 millones de pesos.
Puebla se colocó entre los cinco estados que reportaron las mayores tasas de crecimiento en las remesas durante 2022. Chiapas encabeza la lista con un aumento de 66.5 por ciento; le sigue Baja California Sur con 59.9 por ciento: Hidalgo, 29 por ciento; Puebla, 28.4 por ciento; y Quintana Roo, 26.1 por ciento.
A lo largo del año pasado, el est¡”o de Puebla recibió una cifra histórica en dólares por concepto de remesas, un monto nunca visto. Dentro del territorio poblano, la capital encabezó a los municipios que concentraron la mayor captación de remesas familiares al recibir 520 millones de dólares, 18.9 por ciento del acumulado anual estatal. Tehuacán se colocó en segundo lugar con 203 millones de dólares, 7.4 por ciento del monto estatal; y Atlixco aparece en tercer lugar con 199 millones de dólares, 7.2 por ciento.
BBVA Research revela que casi todas las remesas que llegaron a México durante 2022 fueron recibidas a través de transferencias electrónicas, 98.9 por ciento; mientras que 0.8 por ciento llegaron en efectivo o especie; y 0.3 por ciento por medio de giros bancarios o postales, es decir, de los Money Orders.
Los migrantes poblanos volvieron a poner el ejemplo con su dedicación y empeño para obtener recursos y enviarlos a sus familias; sin embargo, el costo de la separación de sus seres queridos es alto. Es momento de reconocer el esfuerzo de los migrantes y el apoyo para la economía local y, al mismo tiempo, es necesario que se trabajen en opciones para que la población pueda mejorar sus condiciones de vida sin la necesidad de dejar su lugar de origen.
Jaime Zambrano