En medio de la reactivación económica de México y de una disminución de casos de covid-19, se aprecia la conformación de una nueva ola migratoria de personas originarias de Centroamérica y hasta de países de África.
Aunque no se registra un paso de caravanas de migrantes, en las carreteras, en los albergues, en las centrales de autobuses y en camionetas y hasta camiones de carga, se comienza a registrar un mayor movimiento de personas que se dirigen hacia la frontera norte.
Los transmigrantes intentan cruzar sin ser detectados con el objetivo de evitar las deportaciones y, al mismo tiempo, las violaciones a sus derechos por parte de integrantes de grupos criminales y hasta de policías e integrantes de la sociedad civil.
Durante los días, los originarios de Honduras, Guatemala, El Salvador, Haití y de otros países centroamericanos, descansan y, por las noches viajan con el objetivo de cumplir el llamado sueño americano.
A lo largo de este año, el Instituto Nacional de Migración (INM) de México registró la detención de 90 mil 850 migrantes, de los cuales, casi la mitad, 42 mil 067 fue deportado a sus países de origen.
En la frontera norte de México, en zonas como Ciudad Juárez, la presencia de migrantes que están esperando el momento más adecuado para cruzar sin los permisos correspondientes y de forma ilegal a Estados Unidos, cada día aumenta.
A la par, en Estados Unidos, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), durante mayo, 180 mil 034 migrantes fueron arrestados en la frontera, un récord en un mes, y de los cuales 112 mil 302 fueron deportados de inmediato ante el argumento de la crisis por la pandemia. La medida se aplica, aunque en el país del norte, ya una gran parte de la población cuenta con la vacuna.
Ante los transmigrantes que cruzan por territorio mexicano buscando la sombra para no ser detectados, faltan vacunas contra el covid-19 para garantizar su derecho a la salud; sin embargo, todavía falta mucho tiempo para que esto pueda ocurrir.
Sin importar que su vida esté en riesgo, los migrantes solo buscan mejorar las condiciones en las que habitaban en sus lugares de origen y, aunque se contagien del coronavirus SARS-COV-2, prefieren internarlo.
Hoy más que nunca es necesario que lleguen las vacunas a América Latina porque la pobreza se seguirá agudizando y el deseo de migrar se reforzará con el objetivo de encontrar una mejor realidad en medio de la desesperanza y hasta la violencia en muchos casos.
Jaime Zambrano