En Tijuana, Baja California, la llamada frontera con más cruces de personas en el mundo, existe un común denominador: la espera. Segundos que se convierten en minutos y en horas.
Los poblanos que llevan papeles como aquellos que no los tienen, esperan. Si no los llevan, la espera es mayor y requieren pasar días, semanas y hasta meses para tener la oportunidad del cruce ilegal. En muchas ocasiones, les sugieren irse a otro punto fronterizo como Laredo o algún punto del Río Bravo para tener mayores oportunidades para el cruce ilegal.
En el caso de los poblanos y, en general, de todos los mexicanos con papeles que quieren cruzar la frontera de forma legal, la espera, también es una constante. Cuando se tiene la Visa y se decide cruzar a pie, en Tijuana existen los puntos como El Chaparral, San Ysidro y Otay para pasar.
En el caso de El Chaparral y Otay, los sábados y en domingos, el personal de Estados Unidos cierra el paso hacia San Diego, y el cruce tiene que ser por San Ysidro donde la fila parece interminable.
Cientos de personas formadas en la fila, conocida como "la línea", para ingresar a Estados Unidos. Entre las personas que esperan se nota la esperanza, la molestia, la alegría y hasta las dudas en torno a lo que preguntará el personal del gobierno norteamericano.
A los alrededores de la línea se puede ver a personas que piden una limosna, "una monedita", ya se en pesos o en dólares. Algunos de los formados en la fila, les dan algún apoyo a niños, niñas, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad que viven con lo que le dan las personas que viven en medio de la espera para cruzar la frontera.
Entre los presentes, se escuchan rumores de que quienes piden apoyo son parte de una red y que en el fondo los beneficiados son los grupos delictivos que manejan a esa agrupación. De manera adicional, se escucha que los que piden dinero, en realidad "viven bien" y que solo simulan su pobreza para engañar a quienes pasan al otro lado.
Al final, en la frontera entre México y Estados Unidos, en Tijuana y San Diego se está formando una nueva comunidad que convive, que son de una nueva nación, con una nueva identidad y que tienen en común, la espera y la esperanza.