Con el pretexto de evitar contagios por covid-19, el gobierno de Estados Unidos aplica deportaciones inmediatas a migrantes mexicanos y, a la par, saca de su territorio a centroamericanos y a originarios de otras partes del mundo que intentan ingresar sin documentación.
Bajo el argumento de que existe una orden de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), los llamados indocumentados o sinpapeles de cualquier parte del mundo son enviados de forma inmediata a territorio mexicano.
Tanto los mexicanos como los centroamericanos y migrantes de otros continentes que son descubiertos por la patrulla fronteriza, son retirados del territorio norteamericano en el menor tiempo posible, bajo el argumento de que existe el riesgo de contagios por covid-19.
Por ahora, nadie que quiera pedir asilo en Estados Unidos puede recibir atención, ya que las cortes de migración están cerradas por tiempo indefinido ante la pandemia de coronavirus y abrirán hasta que disminuya el nivel de contagios.
Con las medidas establecidas en el país del norte, todas las personas que cruzan la frontera de manera ilegal, no sólo a aquellos que buscan solicitar asilo, son enviadas a México, donde, de una u otra forma, buscarán reponerse para volver a intentar cumplir el llamado sueño americano.
Antes de la pandemia, el tiempo que un inmigrante detenido esperaba en Estados Unidos dependía de su país de origen y variaba. Los mexicanos, al menos, pasaban entre una y dos semanas, dependiendo de si el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) tenía los documentos para que el país pueda aprobar la deportación.
En la actualidad, la salida de inmigrantes se concreta en cuestión de horas. Antes del covid-19, si el ICE no ponía en libertad a un inmigrante, se podía pedirla si de presentaba una petición conocida como “hábeas corpus” en la corte federal. Una petición de estas características permitía que la persona detenida vaya a la corte donde se determinaba si había sido detenida legal o ilegalmente.
Sin duda que la pandemia favoreció las políticas contra los migrantes impulsadas por el presidente Donald Trump; y por ahora, se aprecia lejana la posibilidad de que se trate con respeto a quienes solo buscan mejorar sus condiciones de vida ante problemas como la violencia, la inseguridad y el desempleo que se registra en sus países de origen.