La “impro” en México --como bien lo recuerda Omar Argentino Galván en el prólogo del libro Todo a favor—asomó la cabeza a principios de los años 90 de manos de creativos como Alberto Lomnitz y Esteban Roel, e incluso del siempre inquieto Héctor Bonilla, quien montó en la hoy desaparecida (y extrañada Planta de luz el espectáculo Trattoria de improvizzo.
En aquel entonces ese nuevo “género” no cuajó.
Después –de acuerdo nuevamente a Argentino Galván— a inicios de este siglo hubo un nuevo nacimiento que ahora sí empezó a tomar vuelo gracias al talento, trabajo y visión de Luis Mario Moncada. Y es en ese momento que surge el trabajo de Omar Medina, quien hoy concreta estas dos décadas de experiencia en una publicación realmente maravillosa: Todo a favor. La filosofía de la impro.
Conocí a Omar por aquellos años, y comencé a seguir su trabajo desde entonces, siempre brillante, comprometido, exacto, nada, ¡nada improvisado!
Todo teatrero asiduo seguramente ha visto al menos una vez la hoy muy famosa Improlucha --que es una creación de Omar, José Luis Saldaña y Maricarmen Núñez-- que tomó su nombre de la adecuación que estos tres creativos hicieron d7777e7l término francés catch, y lo transformaron en impro, que desde entonces se ha establecido en el argot teatral mexicano.
Menciono esto porque a lo largo de estos 20 años la impro ha sido muy explotada, a veces genialmente otras no tanto, y esta enorme aceptación seguramente animó e inspiró a Omar quien ahora saca a la luz este texto.
Todo a favor. La filosofía de la impro es realmente genial, pues permite a los curiosos --como yo comprenderé-- acercarse, entender más, poder diseccionar los muchos montajes que hoy utilizan esta técnica, disciplina, género…
Quienes conocemos a Omar (pude trabajar con él en dos montajes: La estética del crimen y TOC TOC, por cierto próxima a reestrenarse) sabemos de su seriedad, acuciosidad, perfeccionismo, y Todo a favor es un claro ejemplo de ello.
Las casi 130 páginas están organizadas en 21 capítulos que atrapan desde sus títulos: ¿La impro es teatro?, El estado de la disponibilidad, Sísifo improvisador, Stanislavski y la improvisación como medio, nunca como objetivo, El peor improvisador del mundo, Impro y seducción… son algunos de ellos.
Además, hay un Pequeño apunte sobre las posibilidades futuras de la Impro, que muestra un mucho de lo que seguramente veremos en escenarios en los próximos años.
Y, ¡bravo por ello!, se incluye al final una amplia bibliografía que sin duda da un doble sustento a cada una de las reflexiones y cuestionamiento que hace Omar a lo largo del libro.
Actor, director, docente, improvisador, muchas son las facetas de Omar Medina, quien ahora suma una más como teórico del teatro, y nada menos que en una actividad complicada y en muchos momentos inaprensible, y que él, con su talento y mucho trabajo, ha dado una forma concreta y muy práctica.
Felicidades Omar: ¡gran, gran, gran trabajo!
Hugo Hernández