Esta semana (concretamente el jueves 23 de abril) se celebró el Día Internacional del libro; y quiero dedicar este espacio para hablar de ese momento mágico en que las páginas de un texto se convierten en acción.
Parafraseando la frase de la prestigiada académica María de Lourdes López Alcaraz especialista en cine y literatura, quien acuñó la frase: “El guion es para dejar de ser”, y que es cierta al 100%, yo diré que “el texto dramático nace para dejar de ser”.
Ningún autor teatral escribe pensando que el público lea su texto, lo que él quiere es que éste sea llevado a escena. Será hasta ese momento que lo escrito cumplirá su objetivo al 100%.
No todo el teatro es antes texto dramático, pero sí al revés. El dramaturgo escribe, codifica, desarrolla, crea mundos y personas que se harán realidad hasta que un director y unos actores los llevan a escena, frente a un público. Es hasta ese momento que el hecho teatral se cumple a cabalidad.
En México, para la cantidad de habitantes que somos, son pocas las librerías; y lo son aún menos las especializadas en arte, y muchísimo menos las que tienen en la literatura el centro de su actividad. Ante este panorama pensar en una dedicada al teatro parece sólo un sueño.
Y sin embargo la hay. O la había, no lo sé a ciencia cierta. Pocos días antes de estallar la pandemia por el COVID 19, la librería Paso de gato, que comanda Jaime Chavaud anunció su cierre inminente ante un incremento desmesurado en la renta que pagaba en su local en Coyoacán.
Llegó el confinamiento y esto se quedó en el aire. No sé que habrá pasado. Pero ojalá que esta maravillosa librería encuentre un nuevo espacio, pues las joyas que ahí se hallan, difícilmente tendrán cabida en otra librería.
