Son dos y sí están locas; muy locas. Realmente… ¡locas de remate!
Y lo están no sólo porque protagonizan actualmente una muy singular puesta en escena con ese nombre, sino especialmente porque pudiendo estar cosechando los frutos de su enorme éxito en otros ámbitos, quieren seguir cercanas al teatro, el medio que las vio nacer y del que no se alejan nunca.
La primera es Susana Zabaleta, quien desde hace 35 años es figura destacada en los escenarios. Si la memoria no me falla, debutó en el musical Barnum, al lado de Héctor Bonilla y bajo la dirección de Manolo Fábregas, quien la llamó nuevamente para dar vida a una de sus hijas como el lechero Tevye en Violinista en el tejado; y luego destacó nuevamente en el primer montaje de Cats.
Con Morris Gilbert ha sostenido una larga y fructífera relación que incluye títulos como Magnolias de acero, Mi vida es mi vida, y el inolvidable musical ¡Qué plantón¡ posteriormente hizo una magistral interpretación como Aldonza en El hombre de La Mancha, y formó parte del histórico montaje de Los monólogos de la vagina.
Otras obras en los que ha brillado son Sorpresas, Casi normales, Los locos Adams, Amor, dolor y lo que traía puesto, Don Quijote de La Mancha, Funesta, La gran Maga, y más recientemente The prom.
En el caso de Gabriela, su presencia en las tablas acumula títulos como Químicos para el Amor, Por Amor al Arte, Casi Un Pueblo, Una Pareja Perfecta, Amor, Dolor y Lo Que Traía Puesto, Proyecto Vanya, Las Analfabetas, Consígueme una vida, y más recientemente Testosterona.
Hoy estas dos locas por el teatro se reúnen en Dos locas de remate, una comedia negra, irreverente, políticamente incorrecta… que es una ventana a lo más negro de la vida familiar.
Escrita por el dramaturgo Ramón Paso, nieto de Alfonso Paso, uno de los comediógrafos españoles más afamados de la segunda mitad del siglo XX, Dos locas de remate narra el reencuentro de dos hermanas que vuelven a verse después de 20 años, por una situación muy particular. La sorpresiva reunión las obligará a enfrentar temas del pasado, modificar el presente, y pensar en el futuro.
En tono de comedia disparatada, y con diálogos divertidos, la obra inserta al espectador en el complejo mundo de las relaciones fraternales, que queramos o son vitales en la vida de todos, pues la familia sirve para los buenos, los regulares y los malos momentos.
Titulada originalmente El reencuentro, esta obra se estrenó en Madrid hace menos de un lustro, con un éxito tan contundente, que pronto subió a escenarios de otros países como Costa Rica, República Dominicana y Argentina, y ahora llega a México, en una producción de Morris Gilbert.
Esta es una comedia irreverente en la que en medio de las más sonoras carcajadas se escucharán las más fuertes verdades.
La dirección de escena es de Manuel González Gil, quien llena el montaje de detalles, guiños, sorpresas, que se vuelven puntos de conexión con un público que se identifica a plenitud con lo que se ve en escena.
Dos locas de remate se presenta en el teatro Libanés, una semana sí y otra no, pues alterna con la obra 100 metros cuadrados o El inconveniente, en un esquema rotativo.
Ambas muy, muy, muy recomendables.