Si una ciudad cambia una avenida con camellón arbolado al centro y ciclovía confinada por una vía rápida con automóviles a gran velocidad y en mayor cantidad, sus habitantes pierden. Así nos lo ha enseñado la historia urbana reciente, llena de ejemplos donde hermosas avenidas se convirtieron en ejes viales de alta velocidad en los que mueren decenas de personas atropelladas y donde la calidad de vida de los vecinos se deteriora con rapidez por el ruido, la contaminación, destrucción del arbolado y por convertirse en una barrera urbana.
Eso le está ocurriendo a la avenida Himno Nacional, en San Luis Potosí, una de las principales del sur de la capital, donde este martes comenzó su transformación ordenada por el gobernador Ricardo Gallardo, quien busca hacer ahí “una obra magna”, “icónica”.
“Una avenida igual de ancha que Chapultepec, de concreto hidráulico. Daríamos mucha fuerza con esa anchura a los comercios que fueron aniquilados con el intento de ciclovía que se hizo, 15 millones que fueron saqueados y robados”, dijo Gallardo.
Primera equivocación, suponer que una ciclovía aniquila a los comercios cuando ocurre todo lo contrario, atrae más visitantes y permite más ventas. Bien valdría que el gobernador y sus asesores leyeran Bikenomics: How Bicycling Can Save The Economy de Elly Blue, o tan solo que se dieran una vuelta por los comercios de avenida Masaryk en Polanco, o por la ciclovía del Paseo de la Reforma en Ciudad de México, cuyos comercios están boyantes. Por ahí circulan no solo los trabajadores de los corporativos, sino hasta los ejecutivos, quienes llegan a sus oficinas en bicicleta y se cruzan con los repartidores por aplicación que han hecho florecer a los restaurantes afectados por la pandemia.
El segundo error del gobernador es considerar que “una avenida ancha” es mucho mejor y más “moderna” que aquella en la que hoy hay se crecen más de 800 árboles en el camellón central, que están destinados a desaparecer si se concretan los sueños de grandeza de un gobernador que representa muy bien a la decadente sociedad del automóvil en la que vivimos.
Si Gallardo quiere que Himno Nacional se parezca a la avenida Chapultepec, que sea a la que lleva ese nombre pero en Ciudad de México, donde se ampliaron banquetas, se instalaron ciclovías y cruces seguros para peatones que hacen que luzca mucho mejor que una vía rápida, grandotota como la que quiere el gobernador y que, seguramente, terminará por provocar más siniestros viales con lesiones graves y, ojalá no, hasta muertes.
El martes, en el arranque de obras, Gallardo enfrentó protestas de opositores y ahí prometió que no se quitará ninguno de los 800 árboles de la avenida, aunque en realidad después el alcalde precisó que sí habrá retiro, pero que los trasplantarán a otra zona.
Si la sociedad de San Luis Potosí no sale a defender su avenida, pronto tendrá una calle grandotota, con un hermoso concreto hidráulico, llena de luces leds, “moderna” a ojos de sus autoridades, pero sin ningún árbol, sin sombra alguna, con autos corriendo a toda velocidad y con una degradación anunciada.
¿Y la ciclovía? Al gobernador no le gustan mucho, a juzgar por sus declaraciones: “Todas las que se han hecho en San Luis Potosí han sido una porquería, no han servido, han dañado comercios y la gente no las utiliza”.
@hzamarron