Aunque la gran mayoría de países en el mundo se preocupan por la nueva variante del covid, llamada ómicron, las autoridades sanitarias federales minimizan su llegada a nuestro país, incluso México ya es el país de América Latina con más contagios detectados, y no vemos acciones reales y contundentes para mitigar una nueva ola de contagios. En aeropuertos no hay el más mínimo control de los pasajeros que llegan del extranjero, y en los puertos donde atracan cruceros se les permite bajar a tierra a los pasajeros sin el mínimo control.
Ayer en Argentina se superaron los cien mil casos de contagios de covid en un solo día; aunque en Brasil se cancelaron los carnavales de calle se mantienen los clásicos desfiles en el Sambódromo, pero con ambiente controlado y pasaporte de vacunación de por medio en el ingreso. En Inglaterra y Estados Unidos los casos de esa variante marcan récords y algunos centros de salud están desbordados; inclusive ya en muchos falta personal por contagio, igual en la aviación, ya que iniciamos el año con la cancelación de más de 2 mil 700 vuelos dentro de Estados Unidos y más de 4 mil 700 a nivel mundial, muchos de ellos obedecieron a que su tripulación se reportó contagiada, situación agravada por las nevadas en muchos destinos.
El grave problema de esta variante es su alta velocidad de propagación, por lo que, ante la omisión criminal de las autoridades sanitarias federales, nosotros mismos debemos implementar medidas tendientes a reducir el contagio y su rápida propagación.
Autoridades federales y estatales se niegan a volver a parar unos días la actividad y ordenar que la gente se quede obligadamente en sus casas, dando preferencia al tema económico sobre el sanitario.
Sin embargo, la llegada de la variante, como podemos apreciar, causará de todas formas estragos en la economía, principalmente por el ausentismo laboral que ya provoca, por lo que el gobierno, y ante su omisión, los dirigentes deberían estar haciendo pruebas masivas en las fábricas, comercios, dependencias de gobierno, para aislar de inmediato a los que resulten positivos y reducir así la cadena de contagios. En otros países ya ronda sobre el 20% el nivel de ausentismo y apenas inicia la ola. La gente se ausenta no solo por contagio, también por el cuidado necesario al estar en contacto estrecho con personas que resultaron positivas, situación que lo agrava más. Esto impactará la productividad afectando la producción, servicios y ventas y puede llegar nuevamente a colapsar al sector salud. El día de ayer estuve en un tribunal federal y es notable el ausentismo, por ambos factores.
Aquí la Universidad de Guadalajara debe tomar una importante decisión, se regresa a clases presenciales para cumplirle el berrinche al presidente López y al gobernador Alfaro, o en base a datos científicos, como lo ha venido haciendo la rectoría, toma la mejor decisión para la comunidad universitaria, la cual deberá anunciarse próximamente. Por ello, hoy es la última marcha de protesta por el tema del recorte presupuestal, precisamente por el riesgo de contagios. Ya regresara nuevamente la comunidad universitaria a exigir al Estado el dinero que irresponsablemente le quieren escatimar.
Héctor Romero