Negocios

Enfriamiento e inflación

Mientras la economía mexicana muestra signos de enfriamiento, por un lado, y de un repunte de la inflación, por el otro, la situación económica de Estados Unidos -su principal socio comercial- no presenta noticias optimistas. Recientemente la empresa financiera JP. Morgan, una de las más grandes del mundo, pronóstico que la economía estadounidense tiene 35 por ciento de probabilidades de caer en recesión este año.

Uno de los indicadores en los que se basan los pronósticos de recesión es la debilidad que está mostrando el mercado laboral y genera indicios de despidos. Esto genera una gran incertidumbre sobre el futuro económico cercano en Estados Unidos, lo cual desata el miedo a nivel internacional y genera episodios de convulsión como el reciente lunes negro. Y si lo pensamos en función de México, sabemos que el impacto económico puede ser muy importante a sabiendas de la enorme dependencia que existe en cuanto a comercio, exportaciones, inversiones, remesas y turismo.

La economía mexicana ya viene mostrando síntomas de enfriamiento, es decir que los motores económicos propios y el dinamismo interno pierden impulso, con lo cual se afectan el crecimiento, la generación de empleos y las probabilidades de expansión de distintas actividades. Por ello, organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), entre otros, han recortado a la baja sus proyecciones para la economía mexicana en 2024 e incluso 2025. En promedio se espera que el crecimiento sea de entre 2 por ciento y 3 por ciento, aunque ese 3 por ciento suena cada vez más lejano.

El enfriamiento genera varios conflictos difíciles de resolver en tiempos complejos. Por un lado pone en entredicho la verdadera fuerza de los motores internos y la capacidad de generar empleos, oportunidades e ingresos cuando no se tiene el impulso del principal socio. Y esto se vuelve más complicado en el contexto del repunte de la inflación: el nivel de precios en el mes de julio llegó a 5.57 por ciento, lo que significa no sólo que los precios se siguen encareciendo a un ritmo elevado sino que el costo lo seguirán absorbiendo millones de personas que no pueden pagar por ningún encarecimiento. Por algo dicen que la inflación es una especie de impuesto para los pobres, porque le cuesta más al que menos tiene.

En un contexto en el cual la desigualdad, la pobreza y la precariedad laboral alcanzan a una parte importante de la población, es tiempo de pasar de lo urgente a lo importante. La pregunta no es cómo enfrentar la crisis sino cómo construir una economía más sólida, más resistente y más justa para que la siguiente crisis no sea tan dura. Potenciar el dinamismo propio, invertir en innovación, mejorar la calidad educativa, favorecer las inversiones productivas, diversificar rubros y mercados. Cambiar desde dentro. Las economías que se quedan quietas no sólo se enfrían, también se las lleva el viento.


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Héctor Farina Ojeda
  • Héctor Farina Ojeda
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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