Política

Geografía de la violencia

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La gráfica a la que ayer hacía referencia Héctor Aguilar Camín sobre la tendencia de los homicidios entre 2006 y 2019 merece mucha reflexión sobre las causas de la violencia, ya que sin tener no digamos explicaciones sólidas, sino al menos algunas hipótesis sensatas, las políticas para reducirla seguirán siendo, en una buena parte, palos de ciego a una piñata que se bambolea sin cesar.

Van algunos comentarios. Primero debe insistirse en que la tendencia no siempre fue al alza. Entre 2011 y 2014 los homicidios decrecieron alrededor de 26 por ciento, al pasar de 27 mil 213 a 20 mil 10. La pregunta pertinente es qué factores pudieron haber provocado esa disminución. A reserva de disponer algún día de los estudios pertinentes, lo que se puede decir es que hubo un cambio en la geografía de la violencia. En términos generales, los estados más violentos durante el gobierno de Felipe Calderón fueron: Chihuahua (17% del total de homicidios), Estado de México (10%), Guerrero (8%), Sinaloa (7%), Baja California, Jalisco, CdMx y Nuevo León (5% cada uno).

En 2014, el año con menor registro, la violencia había caído en Chihuahua (los homicidios pasaron de 6 mil 407 en 2010 a mil 755, una reducción de 73%); en Baja California y Sinaloa se redujeron 50%; en Nuevo León 74%; en Tamaulipas, 41%.

En 2019, los estados más violentos, en términos absolutos, fueron Guanajuato, Baja California, Estado de México, Jalisco, Chihuahua, Michoacán, Guerrero, Ciudad de México, Veracruz y Sonora. De aquí se desprende que Nuevo León, Sinaloa y Tamaulipas salen de los primeros lugares. Baja California y Chihuahua son dos estados en que la violencia cayó y luego repuntó. Jalisco y CdMx no solo se mantienen, sino además los homicidios crecen sustantivamente.

Las entidades que suben a los primeros lugares son Guanajuato, Michoacán, Veracruz y Sonora; Guerrero permanece todo el tiempo. También habría que incluir entidades, que sin llegar a las primeras 10, han registrado incrementos muy importantes entre 2012 y 2019, como Quintana Roo (461%), Colima (213%), Puebla (198%); y Oaxaca (91%). Aunque Nuevo León ya no está entre los diez primeros estados, la tendencia es preocupante, ya que en 2015 tuvo 473 homicidios y en 2019 se registraron casi mil, lo que arroja un crecimiento de 100%; algo similar ocurre en Morelos que entre 2014 y 2019 los homicidios pasan de 438 a 1,131 (61% más).

En suma, la violencia se ha mantenido en el norte y se desplazó hacia el centro occidente del país: Colima, Jalisco, Michoacán y Guanajuato se convirtieron en la zona más violenta del país. Y en el sur hay tres estados que debieran preocupar: Veracruz, Oaxaca y Quintana Roo.

Los factores que pueden explicar estos movimientos en la tendencia y en la geografía de los homicidios son: a) las estrategias específicas de persecución y desmantelamiento de las organizaciones criminales por parte del gobierno federal; b) las políticas de reconstrucción (y también de destrucción en algunos casos, como Nuevo León y Morelos) de las instituciones estatales de seguridad y justicia estatales; y c) las guerras entre organizaciones criminales, principalmente las del Cartel Jalisco Nueva Generación y de Sinaloa, así como de algunas organizaciones regionales (los Guerreros Unidos, cartel del Noreste, etcétera).

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Guillermo Valdés Castellanos
  • Guillermo Valdés Castellanos
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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