Por un México sin miedo es una frase muy prometedora, un sueño para volver a los tiempos de paz, una ilusión, un acto de fe, pero que lejos está el país y sus habitantes, no solo a quitarse el miedo, más bien el terror.
Extorsiones, golpes, cuotas, robos en calles, en casas, en carreteras, en cualquier poblado, ciudad o metrópoli denotan muchísima corrupción y desfachatez que prácticamente se ve como un permiso a cualquiera para insultar, sobajar, amedrentar y hasta para matar.
Sin seguridad no hay nada, dice una candidata, la inteligencia y la capacidad del estado para atender este renglón será su prioridad; pero surge la interrogante incómoda: ¿cómo le va a hacer?
La otra candidata también toca el tema afirmando que cuando sea presidenta va a hacer una campaña para proteger a las mujeres para que se sientan libres y seguras en todo el país, construyendo senderos seguros.
¿Los senderos serán carreteras de cuota, o caminos especiales para las damas?
Ver cómo cachetean a taxistas de Guerrero, o cómo tiran cajas con aguacates en Michoacán, o vacían entre el monte la gasolina de decenas de pipas en Tamaulipas, u observar imágenes donde soldados o policías son humillados, eclipsa todas las frases de campaña hasta hoy pronunciadas.
En el caso de Tamaulipas ya ni policía local tenemos, o suficientes policías estatales que marquen diferencia positiva en las cifras delincuenciales, principalmente de la frontera tamaulipeca.
O soldados y marinos con menos armas y vehículos que los delincuentes y que, además, traen la instrucción de los abrazos y no balazos.
Y si a todo esto sumamos al huachicol, a la venta de drogas, a la compra de votos, a la entrega de muchos políticos a jefes de plazas, pues la fe se desvanece, denotando en estas líneas un grado de pesimismo, como para ser tratado por el psiquiatra o mínimo por el psicólogo.
Que no nos digan, que nos cuenten. ¿Quién de las dos candidatas, que tienen posibilidades de triunfo, va a rodearse de gente capaz y con valor para enfrentar los diferentes tipos de cáncer que sufre México y que forman metástasis en cada rincón del país?
Señoras aspirantes: tienen tarea y responsabilidad; pónganse a estudiar, seguramente hay soluciones.
