Existe una creencia popular o, cuando menos, una broma hecha verdad por algunos fanáticos de los fenómenos extraterrestres que, en Tampico-Madero, frente a la playa Miramar, hay una base de alienígenas que nos protegen de los fenómenos naturales que puedan afectarnos ya que estos, con sus supuestas capacidades superiores, hacen que tormentas y ciclones tomen rumbos diferentes más al norte o más al sur.
Pero, hablando con la seriedad del caso, recordemos que los dos últimos ciclones que nos han pegado de lleno en el sur de Tamaulipas han sido el huracán Hilda el 19 de septiembre de 1955, que tocó tierra y provocó inundaciones de grandes dimensiones con un número no cuantificable de personas muertas y miles de cabezas de ganado ahogadas en las tierras colindantes a las huastecas; y el otro, a principios de octubre de 1966, el llamado Inés que primero afectó a países del Caribe, después a Yucatán en México y luego a estas tierras tamaulipecas.
Este año la temporada de huracanes para la cuenca del Atlántico dio inicio el 15 de mayo para concluir el 30 de noviembre y ya se han formado ocho depresiones, ocho tormentas y un huracán y, aunque no nos han afectado directamente, existe la probabilidad de que en los próximos días la tormenta tropical Grace llegue a costas del norte de Veracruz o sur de Tamaulipas. Tanto Protección Civil del Gobierno estatal, así como los Ayuntamientos de los municipios de Tampico, Madero, Altamira y de otras poblaciones costeras ya se preparan ante la la eventual llegada de Grace y, sin duda, por el solo hecho de vivir en la costa, siempre y por la eternidad deberemos estar listos y no echar en saco roto, como hasta hoy, temas tan importantes como los diques del sistema lagunario o la barrera natural que día a día se adelgaza más en terrenos de Altamira y siempre, como en Tampico se ha demostrado, estar listos con limpieza de drenes y canales por posibles inundaciones y que debería imitar la Comapa.
No nos confiemos de los marcianos; si no pega Grace hagamos la broma y el meme, pero nunca confiemos nuestra buenaventura a fenómenos extraterrestres, ni a estampitas; mejor apliquemos el proverbio popular de auto iniciativa: “Ayúdate, que yo te ayudaré”. _