¿Cómo se recibe a un año precedido por uno del tipo 2020? ¿Con pinzas y careta de soldador por si saltan pirañas? ¿O con fanfarrias y de brazos abiertos dando la bienvenida a quien vendrá a curar las heridas del malvado que se marchó? Ahora que ya formalmente arrancó, tras finalizar las fiestas decembrinas, muchos dicen que el recién llegado nos traerá al menos parte de la recuperación económica tras el duro golpe que la pandemia nos dejó. Pero otros tantos aseguran que no debemos confiarnos pues lo peor está por llegar.
Sin embargo, como en todo, hay muchos ángulos desde el cual mirar al horizonte. En primer término, hay que considerar que no por arrancar las hojas del calendario, las cosas van a cambiar mágicamente (ni para bien, ni para mal). Todo lleva un proceso, y seguramente el 2021 no nos tratará a todos por igual. Dependerá de qué tan bien hayas aprendido las lecciones que el 2020 nos dejó; si NO las aprendiste, seguramente tendrás que repetir la lección. Si has comprendido que lo “de antes” no regresará, y estás dispuesto a vivir la nueva realidad con coraje y optimismo: felicidades, este será tu año.
Si el 2020 las palabras “distanciamiento”, “pandemia” o “crisis” dominaron nuestro panorama, este año la palabra tiene que ser “RESILIENCIA”, la cual se refiere a la capacidad de sobreponerse a los momentos difíciles y saberse adaptar luego de vivir alguna experiencia desafortunada o inusual. Es cuando paras de victimizarte, dejando de preguntarte ¿por qué pasó esto? y comienzas a preguntarte ¿para qué pasó?
El 2020 nos dejó enseñanzas que en este 2021 tendremos que aplicar. Y si es necesario, tendremos que desaprender para volver a aprender. Cosas que ya veíamos venir y que la pandemia nos obligó a afrontar con decisión inmediata, como el trabajo a distancia, las teleconferencias, la educación virtual, el telemárketing, etcétera; en donde las alternativas han sido o sufrir y lamentarse, o reinventarse, innovar y crecer.
Así que ¿cómo nos va a tratar el 2021? Nos va a tratar como cada uno de nosotros queramos. Dependerá de qué tan desarrollada tengas tu inteligencia emocional, como para encontrar la estabilidad en la inestabilidad. De qué tanto te asumas como el único responsable de tu futuro, y dejes de culpar a personas o circunstancias de tu mala suerte. Dependerá de qué tan decidido estés a lograr tus más fervientes propósitos, o si seguirás anotándolos sobre un hielo. Así que quítale a la caja de regalo “2021” el letrero de “manéjese con cuidado”, ábrela con decisión y prepárate a tener un gran año. O a ti ¿qué te dice el espejo?
