Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil pensaba en la ira; así sin más, en la ira, ese sentimiento muy grande de enojo que puede llegar a ser incluso violento, según el tumbaburros. Así piensa Gil en desorden y sin ton ni son, pero esta ocasión tenía un motivo. No nos adelantemos. Le atribuyen a Horacio este pensamiento: “la cólera es una breve locura”. Como todo México lo ha comprobado, al menos en público, Liópez Obrador es el Presidente más colérico que recuerde Gilga, que por cierto ya no se cuece al primer hervor. El Presidente le llama derecho de réplica, pero la verdad es que siempre hay una razón para el enojo y, en consecuencia, para el agravio, la ofensa o ya de plano el insulto, palabras que no significan exactamente lo mismo.
Todo esto viene al cuento de Gilga porque el Presidente encolerizado arremetió contra el INE y los consejeros electorales. Aquí la no tan breve locura: “Cómo se va a poner en riesgo una elección si quien ha hecho valer la democracia en el país ha sido el pueblo, no ellos. Los que ponen en riesgo la elección son ellos, siempre. ¿No son ellos los que permiten el relleno de urnas y la falsificación de actas? No son las autoridades electorales las que se roban los paquetes? ¿No son las autoridades electorales las que permiten la compra del voto? ¿Qué no son estos los que le dieron registro a candidatos a la presidencia por consigna ya que no cumplían con los requisitos, porque se los pidió el Presidente de ese entonces. Que se vayan a engañar a otra parte”. Aigoeei.
ProyecciónCon los ojos de plato y plata, Gil pensó: una locura, y su esencia: la mentira. Gamés se disfraza de psiquiatra, uno de esos médicos de la cabeza y el alma que se han quemado las pestañas aprendiendo cómo funciona la testa y la cerebra (lenguaje inclusivo): se empieza por la creación de realidades alternas y luego se oyen voces, y más temprano que tarde sobreviene el delirio de persecución: todos están en mi contra.
Gil, el psiquiatra, les dice mientras ustedes toman tranquilamente su café: hay un concepto llamado mecanismo de proyección que se utiliza en psicoanálisis para explicar algunos comportamientos. Según, Cristina Daneri, consiste en un mecanismo de defensa en el cual el sujeto coloca en el otro, o en cosas, cualidades, sentimientos, deseos que no reconoce dentro sí y ve en el afuera. Freud descubrió, afirma Daneri, la proyección en la paranoia (locura delirante). La causa de la proyección es la búsqueda en el afuera de algo desagradable que no quiere sentirse adentro de uno mismo. ¡Arrooz! Hasta que usé una Manchester me sentí Adàn Augusto. ¿Cómo la ven? Dicho esto sin el menor afán de un albur psíquico.
Total que los sabios han descubierto lo que se sabía en el patio escolar: botellita de jerez todo lo que digas será al revés.
La gravedad de la mentira y la injuria presidenciales llevó a los consejeros a presentarse en público y rechazar “las proyecciones” del Presidente. Siete de los once consejeros electorales defendieron la autonomía del INE que ha permitido elecciones libres desde hace 25 años.
DinamarcaLos mecanismos de proyección serían imposibles sin el ejercicio indomable de la mentira. En Morelia, Liópez Obrador dijo, refiriéndose al sistema de salud que él mismo encabeza, quién si no, ni modo que el doctor Muerte López-Gatell: “se va a federalizar la salud, vamos a hacernos cargo, no va a haber límite de presupuesto. Lo que se necesite para tener un sistema de salud de primera. Nuestros adversarios se burlan, dicen que dije que va a ser un sistema de salud como el de Dinamarca. Ya ahora lo estoy pensando mejor y no va a ser como el de Dinamarca, va a ser mejor que el de Dinamarca”.
Según la nota de Pedro Villa y Caña en su periódico El Universal, el Presidente dijo “que habrán todos los medicamentos y médicos necesarios y reiteró su compromiso de basificar a los trabajadores por contrato”.
El Presidente proyectivo debe darse prisa, opina Gilga, porque llevamos cuatro años con el más trágico desabasto de medicinas, después de una pandemia cuyo manejo fue criminal y costó más de 600 mil muertos. En fon.
Todo es muy raro, caracho, como diría Benjamin Franklin: “Lo que empieza en cólera, acaba en vergüenza”.
Gil s’en vaGil Gamés