Política

Salmerón tiene trabajo, oh, sí

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Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil pensaba en la locura y la falta total de vergüenza. Pedro Salmerón consiguió un nuevo cargo en el gobierno federal. El Presidente lo ha nombrado director del Archivo General Agrario: “Me gustaría en la conservación del archivo o como mi asesor, para hacer en Presidencia una historia, para los jóvenes sobre los fraudes electorales en México, por lo menos 100 años de fraude a Madero, 112 para acá o cualquier otra actividad histórica que él quisiera aceptar”.

Carambas, ya quisiera Gilga carantoñas presidenciales de ese tamaño. La verdad sea dicha (muletilla patrocinada por Mario Delgado), Salmerón anda echándose unos caldos en Indianilla porque lo de Manzanillo estuvo muy fuerte, muy molesto, los taqueros neoliberales son terribles. El flamante director del Archivo Agrario se tomó sus copiosas y trajo una cruda monstruosa y se dijo a sí mismo: soy director de algo agrario y en Palacio me quieren, ¿estamos? Le voy a invitar al Presidente unos tacos. Vamos camaradas, vamos a luchar. Deme tres de suadero, dos campechanos. Presidente no queremos que reparta usted mandobles, le habría dicho Gil al mandatario.

Puestas así las cosas, Gil siente ternura y un poco de envidia. Si en Palacio lo trataran con tanta deferencia, Gamés sería como un Taibo, como un Fisgón, como un Pedro Miguel, como un Hernández. Ah, la amistad; ah la lealtad; ah, el Palacio Nacional.

Jacques Attali

La revista Le Grand Continent publicó en su portal de internet un extenso ensayo del pensador y político francés Jacques Attali: “La sociedad de la vida como concepto estratégico”. Originalmente se publicó en francés, pero esta semana salió la traducción al español. Gilga ofrece unas tabletas:

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Al iniciarse una nueva etapa de la historia de Francia, en un momento en que tantas amenazas se ciernen sobre este país, sobre Europa, sobre la democracia, sobre la humanidad, sobre la vida misma, debemos tener el valor de detenernos, al menos por un momento, y razonar sobre los múltiples tsunamis informativos que nos asaltan para situarlos en un marco teórico lo más vasto posible, en el mundo y en el tiempo, en la geografía y en la historia. Y someter (como debe ser al menos de vez en cuando) la táctica a una estrategia, la estrategia a un proyecto, el proyecto a una visión del mundo, la visión del mundo a un análisis de la dinámica de la Historia.

Y, para lograrlo, hay que empezar por plantearnos la pregunta que determina todas las demás: ¿de qué pueden morir las comunidades a las que pertenecemos: la vida, la humanidad, Europa, Francia, el territorio, la empresa, la familia, y otros más?

Entre todas las amenazas que pesan hoy en día sobre todas las comunidades a las que pertenecemos, podemos nombrar al menos siete, en orden decreciente de probabilidad, sin ningún orden cronológico de aparición ni ninguna jerarquía de gravedad. Siete amenazas cuya materialización es lo suficientemente verosímil como para preocuparnos desde ahora por las respuestas:

Una crisis climática: no es un riesgo, es una certeza; dentro de tres años, la humanidad habrá alcanzado un punto de no retorno y ya no podrá controlar la dinámica de la evolución de la temperatura del planeta. Y lo mismo ocurrirá pronto con un gran número de otras dimensiones de la vida, cuyas condiciones específicas de existencia hoy se cuestionan ampliamente. Por lo tanto, es vital que todos los líderes del mundo tomen, por separado y en conjunto, iniciativas importantes, radicales y revolucionarias para garantizar que nuestro planeta siga siendo habitable dentro de treinta años.

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Una hambruna mundial: tampoco en este caso se trata de una catástrofe posible, sino de una catástrofe anunciada, que ya comenzó en algunas regiones de África y Asia, y que se ha agravado recientemente, en particular por la guerra de Ucrania que, sea cual sea el destino de las armas, privará al planeta de una parte muy importante de sus alimentos y de su abono durante al menos dos años. Si no se hace nada, esta hambruna provocará la muerte de millones de personas en todos los continentes y causará enormes movimientos de población que ninguna barrera populista podrá frenar si no tomamos la iniciativa de ayudar a esas poblaciones a conseguir los medios autónomos para alimentarse.

Mañana: más de Attali.

Todo es muy raro, caracho. Como diría Antonio Genovesi: “Hasta la supervivencia de una banda de ladrones necesita lealtad recíproca”. 

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Gil Gamés
  • Gil Gamés
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  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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