Gil caminaba sobre la duela de cedro banco con las manos entrelazadas en la espalda en la clásica actitud del hombre preocupado. Una nota de Maritza Pérez publicada en su periódico El Economista informa que “entre 2018 y 2020, 10.8 millones de personas no tuvieron para comer, reveló el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2022 del Coneval”. Ah, los conservadores y sus mentiras, el Dios de la izquierda los castigará. Nada de lo que hacemos les gusta: “Los apoyos sociales entregados durante los dos primeros años del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador se triplicaron entre la población más rica del país, al tiempo que disminuyeron entre las personas con menos ingresos, documentó el Coneval”.
¿Los conservadores se han vuelto locos? Sí, y realistas: “El Coneval presentó el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2022 en el cual muestra que la incidencia de los programas sociales implementados por el gobierno de López Obrador, que en su mayoría se trata de transferencias económicas, aumentó entre la población con mayor ingreso en México; según los datos del Coneval, la entrega de apoyos sociales para las personas más ricas pasó de 1.7% en 2018 a 5.7% en 2020, es decir, creció 3.3 puntos porcentuales la población con mayor ingreso que dijo haber recibido uno o varios programas sociales del gobierno”.
Más pobres, menos pobres
Para que no parezca una mentira rocambolesca, Gil cita: “El porcentaje de las personas más pobres, que dijeron recibir algún programa social se redujo de 20.9% en 2018 a 13.3% para 2020. (…) el Coneval indicó que, a partir de un análisis, destaca que la proporción de los ingresos provenientes de programas sociales en los primeros deciles del ingreso sigue teniendo un peso importante en el ingreso corriente total de las personas”.
Para Gilga queda claro, entonces, que durante este gobierno han aumentado los pobres, pero con los economistas no hay modo de ponerse de acuerdo: “Sin embargo, destacó que entre 2018 y 2020 es posible apreciar un cambio en la distribución en términos de la atención para la población, ya que, para 2020, la concentración de personas en los primeros deciles de ingreso, es decir aquellas de bajo nivel de ingresos, que recibe los apoyos de los programas federales de desarrollo social analizados, se hace menos evidente, dando paso a una repartición más equilibrada entre la totalidad de los deciles”.
Ya en serio, no confundan al personal: ¿hay más pobres o no hay más pobres en México?, es que de veras con ustedes no se puede, que si hay más pobres, pero que los deciles, lean si no: “El Coneval también dio a conocer que entre 2018 y 2020, a nivel nacional, el porcentaje de personas en situación de pobreza pasó de 41.9 a 43.9%, lo que significa que en esos dos años, otros 3.8 millones de personas se ubicaron en situación de pobreza”.
Así las cosas ya cambian: “Y es que en 2018, 51.9 millones de personas vivían en pobreza y para 2020 la cifra subió a 55.7 millones de personas (…) Mientras que la población en situación de pobreza extrema fue la que más creció, al pasar de 7% (8.7 millones de personas) en 2018 a 8.5% (10.8 millones de personas) en 2020”. Si esto es verdad, y debe serlo, el gobierno de Liópez Obrador ha sido y es un fracaso rotundo.
Una verdad
Ya Gil no se va a pelear con los economistas y medidores de la pobreza. Lean esto: “En particular, se advirtió que en 2020, siete de cada 10 personas indígenas se encontraban en situación de pobreza y las dos carencias con mayor incidencia entre esta población fueron la de acceso a la seguridad social (77.2%) y la de acceso a los servicios básicos en la vivienda (57.9%) (…) Además, 49.5% de la población con discapacidad se encontraba en situación de pobreza; en ese mismo año, la carencia con más presencia en este grupo poblacional fue la de acceso a la seguridad social (46.0%) y la segunda fue el rezago educativo (45.9%). (…) Asimismo, la mitad de las niñas, niños y adolescentes se encontraba en situación de pobreza en 2020; las carencias más reportadas en esta población además de la de acceso a la seguridad social (58.0%), fueron la de acceso a los servicios de salud (27.5%) y la de acceso a la alimentación nutritiva y de calidad (26.3%)”.
Todo es muy raro, caracho, como diría Kennedy: “Si una sociedad libre no puede ayudar a sus muchos pobres, tampoco podrá salvar a sus pocos ricos”.
Gil s’en va
Gil Gamés