Con la novedad de que Liópez no da discursos, sino misas. Creo en Dios padre, todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Señor, no soy digno de que entres a mi casa, pero una sola palabra tuya bastará para sanarme. La lectora, el lector y le lectere lo saben: la postulación de Liópez a la Presidencia por parte del Partido Encuentro Social ha revelado que los asesores de este hombre favorecido por los sueños no tienen desperdicio: Cristo, Jesús y Jehová. A ver, tres mejores que éstos, políticos consumados, seres del más allá y del más acá. Nada, no los va a encontrar usted en ningún partido.
Con Liópez no hay tu tía. Al rendir esa protesta y aceptar la candidatura de un partido confesional, evangélico, Cuauhtémoc Blanco y Beatriz Gutiérrez acompañaron emocionados a Liópez. Hugo Eric Flores, jerarca el PES, soltó la rienda a la fe, como se sabe la fe es una yegua indomable: Israel, Caleb a punto de conquistar la tierra prometida. Ah, ya entrados en gastos bíblicos, Liópez dijo: “Cuando estemos en la Presidencia conseguiremos el bienestar del alma, una república amorosa”. Según su periódico MILENIO, Liópez citó a Aristóteles, a Eduardo Galeano, Alfonso Reyes, Leon Tolstoi y la Biblia. Oigan esto: “En el Nuevo Testamento se señala que Jesús manifestó con sus palabras y sus obras su preferencia por los pobres y los niños, y para muchos, Cristo es amor”.
Cristo is love. Oh, sí. ¿Lo dudan? Gil no hesita. Lo que parece acercarse a ser una verdad es que al corazón de Liópez lo rige la fe, la religión. Liópez camina por el Monte de los Olivos, ahí donde se encuentran las iglesias de Getsemaní, Pater Noster y Dominus Flevit. En este lugar Jesús se elevó al cielo, y Liópez al cielo de las encuestas.
Asamblea constituyente
Los que estén sentados, párense; los que estén parados, siéntense, Liópez propuso una constitución moral “para fortalecer una convivencia futura sustentada en el amor para alcanzar la verdadera felicidad”. Aigoeei. “Hacemos el compromiso de convocar a muchos ciudadanos, mujeres y hombres de buena voluntad para la elaboración de una constitución moral (…) solo así podemos hacer frente a la mancha negra del individualismo, la codicia y el odio que nos ha llevado a la degradación progresiva como sociedad y como nación”.
Para celebrar estos sagrados misterios, reconozcamos nuestros pecados. Gil ha pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. “En hacer el bien radica la verdadera felicidad”. Siempre atento, Liópez dijo que su concepción del Estado laico no está reñida con estos planteamientos. Gil se llevó los dedos índice y pulgar al nacimiento de la nariz y meditó citando a Savater: a quien denuncia con firmeza los manejos eclesiásticos para influir indebidamente en los asuntos civiles como la educación y la legislación, se le suele acusar de anticlericalismo trasnochado, como si por el contrario la fe y la violencia que constituyen el núcleo de toda iglesia representaran la cima emancipadora de la modernidad.
Padre ‘Liópez’
En el confesionario, Liópez recibe feligreses con paciencia. Padre acúsome de tocamientos indebidos mientras pensaba en la mafia del poder. Pero hijo, ¿no te avisaron que ya la mafia del poder no es tan mafia ni tan poder? No, padre. Ah, este Batres no da golpe. Tranquilo hijo, pero te adelanto que nuestra constitución moral no te permitirá esos tocamientos que favorecen el individualismo y la codicia que nos han degradado. Tu penitencia: leer a Laura Esquivel, dos capítulos del agua y el chocolate. Si de noche, los fantasmas de la lubricidad y la mafia del poder te persiguen, muérdete los nudillos y date una bofetada con fuerza, o dos.
Y así, de golpe y porrazo, Liópez ha dado un paso serio en su proyecto religioso de nación, pisotea el Estado laico y ofrece a sus seguidores y a los que no lo son actuar y pensar de una sola forma y en una sola dirección. Es verdad, Gil tiene que ver más bax.
Todo es muy raro, caracho, como diría Goethe: Todo es más sencillo de lo que se puede pensar y a la vez más enrevesado de lo que se puede comprender.
Gil s’en va