Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil se ha enterado de que el Presidente ha definido las elecciones del próximo domingo como un referéndum sobre el proyecto de nación. Gil lo leyó en su periódico El País en una nota de Jorge Vaquero Simancas: “El mandatario ha ido un paso más allá y tras este apunte ha cargado contra los procesos electorales pasados, en los que, según él, ‘una minoría engañaba porque no había democracia’. El INE ya ha obligado al mandatario a eliminar algunas de sus conferencias matutinas por este tipo de comentarios”, Gil mete su cuchara, sólo algunas mañaneras, quedan otros cientos de ilegalidades presidenciales que el actual INE no quiso castigar.
El Presidente volvió a incidir en la elección, ya sabe Gamés, y ustedes, que la ley le vale sorbete: “Más que una elección, lo del domingo es un referéndum, un plebiscito, una consulta. No es nada más elegir a las autoridades, elegir al partido, es elegir el proyecto de nación que queremos”.
Lo que son las cosas, en cierto sentido Gil considera que el Presidente tiene razón: en los comicios que vienen hay dos puertas, una da a la restauración democrática y otra al autoritarismo.
Oigan a un Presidente autoritario que no respeta la ley: “¿Queremos que en el país siga habiendo, como antes, un pequeño grupo, una minoría, que engañaba porque no había democracia? Era una oligarquía con fachada de democracia porque el pueblo no lo tomaba en cuenta”. Gil rinde la plaza: mju, sí, lo que diga el sultán.
El INE ya ha obligado al Presidente a eliminar algunas de sus conferencias por comentarios de este tipo. El pasado 15 de abril, López Obrador acusó al propio árbitro electoral de tener una “mano negra” que durante el primer debate presidencial dio datos para dejar mal el balance de su Gobierno y hacerle el juego a la oposición. El INE respondió estas acusaciones quince días después con la orden de quitar estas declaraciones del púlpito de ese día en los canales oficiales. Quince días después.
No revocamos
Volvamos a los maestros de la CNTE. El diálogo sigue. Juarjauarjuar. El diálogo nunca ha cesado corrupto Gamés y prueba de ello han sido las declaraciones filtradas entre los maestros de que la secretaria de Gobernación, Luisa Alcalde, les prometió diálogo si permanecían en la plancha del Zócalo durante la marcha rosa. Pues ahora que les ofrezca lo mismo si se retiran para el cierre de campaña de Claudia Sheinbaum.
Será lo que ustedes digan y manden, pero los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación advirtieron que el plantón en el Zócalo capitalino continuará, incluso mañana miércoles, a pesar del cierre de campaña de la candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum. Veremos. Los negociadores del gobierno son persuasivos.
Zócalo de cierre
¿Y qué creen? Adivinen. No, fríos, fríos, calientes, hirviendo: no se mueven y háganle como quieran. En conferencia de prensa, el preclaro secretario general de la sección 14, Héctor Torres Solano: “Lo que sí acordamos es revocarnos, nos vamos a revocar para que ellos lleven a cabo su evento (...) No vamos a permitir, tampoco vamos a arriesgar al contingente que está presente en esta plancha”. Sí usted no entendió, Gil tampoco, los maestros necesitan un maestro.
Esta histórica decisión fue tomada después de que el líder sindical de la CNTE explicara que la secretaria de Gobernación los amenazó con romper las mesas de diálogo si se mantenían en la plancha del Zócalo durante el mitin de la abanderada de Morena.
“El día de ayer la secretaria de Gobernación ha querido condicionar a las mesas de trabajo que hemos tenido, que si no se quita o se da acceso para que el templete, a donde van a llevar a cabo su acto político, prácticamente las mesas se rompan”. Por esta razón, Torres Solano aseguró que la CNTE nunca estará de rodillas ante ningún Gobierno: “La Coordinadora jamás estará sujeta a las condiciones de un Gobierno, jamás estará sujeta ni de rodillas ante ningún Gobierno, nuestras consignas son claras (...) Gobierne quien gobierne, nuestros derechos los vamos a seguir defendiendo”.
Incluso, advirtió que el plantón de la dignidad se mantendrá si sus demandas laborales no son resueltas, “nuestros sueños no caben en sus urnas”.
Gil se pregunta: ¿estos maestros forman parte del pueblo bueno, o del pueblo malo?
Todo es muy raro, como diría Otto Bismarck: “Con las leyes pasa como con las salchichas, es mejor no ver cómo se hacen”.
Gil s’en va