Política

La Curva Gatell

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Domingo 26 de julio. 6:50 am. Inolvidable Año de Leona Vicario. Quien despierte el domingo en la oscuridad, medita Gil, revela que padece el síndrome de los Tecolines: ansiedad, angustia y desesperación. O bien, que ha sido devorado por la vida en pandemia: todos los días son iguales unos a otros: el domingo es lunes, el martes es jueves, y así hasta el fin de los tiempos. Con la novedad de que si aumentan las hospitalizaciones, la Ciudad de México volverá al rojo en el semáforo. El Complejo del Cubrebocas le roba su lugar al de Edipo. “No me lo pongo y no me lo pongo, así lo indican los científicos, la sana distancia es suficiente.” Y ése es el mensaje a México: no usen cubrebocas, la sana distancia basta, ahora mal sin bien, si se sube usted a un avión, entonces úselo. ¿Estamos locos? Sí.

A decir del Presidente, el consejo del cubrebocas ocasional proviene del secretario Alcocer y el subsecretario López-Gatell. El primero sabe Dios quién sea, el segundo ha sido el encargado de enfrentar la pandemia del coronavirus en México. Usted tranquilo, el cubrebocas tampoco es la gran cosa, son los medios que en nuestros días alarman al más sereno.

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12.50 pm.

Gil considera que la Curva Gatell pasará a la historia como el gran vodevil científico. Monsieur López-Gatell no ha dado una, ni de casualidad, en todo se ha equivocado y sigue en su puesto. En mayo dijo que el pico de la pandemia sería entre el 8 y el 10 de mayo. Todos nos guardamos entonces. Luego de setenta días de confinamiento, este científico afirmó que la pandemia descendería. ¿Y qué ocurrió? Un desbordado crecimiento de contagios.

A principios de junio, según escribe Enrique Quintana en su periódico El Financiero, cuando comenzó el sistema de semáforos el promedio de nuevos casos fue de 3 mil 770, y en los primeros días de julio creció a 5 mil 980 contagios al día. Gilga no quisiera decirlo, pero ha leído aquí y allá que en noviembre tendremos 90 mil muertos por Covid, siempre según cifras oficiales.

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1:30 pm.

Dejemos las naderías nacionales. Una nota publicada en su periódico La Crónica informa que “el gobernador de Baja California, Jaime Bonilla, fue captado celebrando su cumpleaños en un casino de San Diego, Estados Unidos, y presuntamente el mandatario se encontraba apostando en el área exclusiva ‘High Rollers’, dedicado a los grandes apostadores”.

Ah, Gil guarda una pequeña simpatía (muy pequeña, es verdad) por los cínicos y los malandrines. En la grabación se ve al gobernador Bonilla jugando en una máquina traga monedas. Posteriormente, empleados le hacen firmar un documento y le entregan varios billetes. Circula un video donde se observa que el mandatario estatal usa una careta protectora. Bien hecho, gobernador, hay que cuidarse del contagio.

No pocos usuarios en redes sociales criticaron al gobernador por estar apostando en medio de la epidemia y la crisis económica derivada del covid. Baja California es el tercer estado que registra más muertes por coronavirus, solo detrás de la Ciudad de México y el Estado de México.

Actualmente Baja California se encuentra en color rojo del semáforo epidemiológico del gobierno federal. La cifra de muertes a causa de la enfermedad covid-19 es de 2 mil 505 defunciones en Baja California hasta el 24 de julio.

En el transcurso de la epidemia, Bonilla se ha confrontado con el subsecretario Hugo López-Gatell, además de cuestionar cómo se ha enfrentado la crisis de salud.

El gobernador presumió haber ganado más de dos mil dólares durante su estancia en Estados Unidos:“Sí, me fue muy bien, gané poquito más de dos mil dólares (alrededor de 44 mil 500 pesos). Y no nada más yo, también mi esposa”, declaró durante una transmisión en Facebook. Muy bonito, gobernador, es usted un estadista, no deje de viajar, de apostar, de ganar. Un grito aterrador hizo trizas el silencio del amplísimo estudio: Ay, mis hijos: sinvergüenzas con suerte.

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2:30 pm.

Gamés defiende el lenguaje inclusivo y declara que desde heyescreberésempretede en lenguejeencleseve. Enquene les gueste e elguenespersenes. Deche le queltendremeslebresescretes enbelle lenguequenmeteferesmeybenetes.

Jitomatazos, huevazos. Eh, pebre Gel.

Todo es muy raro, caracho. Como diría Heidegger: “Sólo hay mundo donde hay lenguaje”.


Gil s’en va
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Gil Gamés
  • Gil Gamés
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  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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