Política

Fulgores

Gil abandonará la inacción del mullido sillón para abrir puertas y salir como alma que lleva el diablo a comprar un libro: El fulgor de la noche. El comercio sexual en las calles de la Ciudad de México, de Marta Lamas y publicado por Océano. Gil se enteró leyendo su periódico MILENIO, en una entrevista con Jesús Alejo. Lamas ha tocado un punto que no es precisamente el G, sino un punto crítico y polémico: diferenciar el comercio sexual de la trata de personas.

Se necesita tener el prestigio de Marta Lamas para aventarse el tiro. Una corriente no poco conservadora, disfrazada de activismo, ha puesto a ambas, a la trata y al comercio, en el mismo lugar. Dice Lamas, y dice bien, que las trabajadoras sexuales llevan tiempo pidiendo que se les llame así, eso sería un primer paso para diferenciar el comercio de la trata: "Un comercio donde las mujeres entran a un mercado de trabajo como lo hacemos todos: por coerción económica, por necesidad, o por deseos de ganar más dinero (...) La trata existe, es aberrante, es un delito: lo que creo es que se ha magnificado el tema de tal manera que está mezclándose con el comercio sexual. En todos los países la trata es de un tamaño pequeño y el comercio sexual es enorme".

Pongámoslo así (dicho esto sin albur): usted contrata una prostituta, o un prostituto, o las dos cosas al mismo tiempo, si anda usted en un plan muy de sácale punta, dicho de nuevo esto sin albur de puntas y puntos (con "n"). ¿Eso lo convierte o la convierte en un criminal que ha arruinado la vida de una mujer o de un hombre? ¿O simplemente ha pagado por un servicio? A usted le dio la gana de comprar y a otro u otra le ha dado la gana de vender.

Regulación o clandestinaje

¿Va bien Gil o se regresa? Ahora mal sin bien: ¿está usted obligado a entrar a ese mercado, a ese comercio? Obviamente no, y como a cualquier mercado usted lo puede repudiar si le da la gana. Gilga detesta a los vendedores de seguros, pero no por eso los va a perseguir y los va a tratar como si todos fueran unos estafadores.

Esto que Gilga ha pensado desde hace tiempo, Marta Lamas lo esclarece en esta entrevista y desde luego en Los fulgores de la noche que Gamés leerá de pe a pa. Gilga considera además que el activismo que mezcla ambas actividades, trata y comercio sexual, ha producido posturas morales, jurídicas y sociales que no niegan la necesidad de sanciones cuando en realidad lo que se requiere es regulación para el comercio y castigo severo para el delito de la trata.

Marta Lamas explica: "A lo mejor el comercio sexual no es inocente, como el de las verduras, pero es un comercio que es legal; la prostitución no está penada en México, mientras seas adulto y sea de manera voluntaria. Uruchurtu cerró las casa de citas y los burdeles y mandó a un sector de las trabajadoras a pararse en las calles y a otro que no vemos, el que está en los departamentos de Polanco, de Santa Fe (...) Hay mucha hipocresía y mucho puritanismo en esa postura: 'qué horror, pobres mujeres viviendo del trabajo sexual, son víctimas', pero las trabajadoras sexuales son muy claras: hay que quitarse la careta, reconozcamos que es una realidad y que lo mejor no es mandarlas al clandestinaje, sino regularlas".

Demostración

El día del amor y la amistad, la delegada de Iztapalapa, Dione Anguiano, le mostró a un grupo de jóvenes cómo poner con condón con la boca. Para esta demostración, la delegada utilizó un pene de plástico. En dos o tres movimientos lentos, pero seguros la delegada dejó puesto el condón en el artefacto de unos digamos 18 centímetros, según Gilga y a ojo de buen cubero ¿no dicen que el tamaño sí importa?

La delegada ha dicho que en Iztapalapa 17 mil adolescentes tuvieron un embarazo no deseado en los últimos dos años y 154 mil adolescentes sufrieron alguna enfermedad de transmisión sexual. La demostración valió la pena. Aunque hubo seguridad en la demostración de la delegada, también hubo cierta lentitud. Un artista de los márgenes, es decir cuello, hombros, espalda y demás tangentes eróticas habría pensado que la lentitud es lo correcto; un guerrillero del asalto a mano armada, literalmente, hubiera dicho: a ver a qué horas. En fon.

Arthur Miller en el amplísimo estudio: Los hombres temen más al sexo que las mujeres.

Gil s'en va

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Gil Gamés
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  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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