Política

¿Y el otrora partidazo, apá?

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  • Gerardo Torres Valdés

El 4 de marzo el Partido Revolucionario Institucional (PRI) cumplió su 93 aniversario. 

El tricolor está lejos de ser aquel partido todopoderoso y omnipresente que dirigía la vida nacional. 

El PRI es un partido mediano que ha dejado su agenda política a los designios de las cúpulas empresariales, su pertenencia a la coalición de la Alianza Va por México lo confirma. 

El PRI era un partido con fuerte raigambre popular, en cada barrio contaba con un respaldo mayoritario de la población, sus vínculos con las causas de los obreros, campesinos y profesionistas eran estrechos. 

La militancia priista era (aún lo sigue siendo, aunque ya no es la militancia abrumadora de antes) fiel al partido, en cada calle de cada colonia había comités que, a su vez, conformaban la gran estructura partidista, sin embargo, con el devenir de la alternancia a nivel federal y en las distintas entidades de la República empezó la debacle del PRI, al no ser gobierno perdió su capacidad de cooptar políticamente a empresarios, sociedad civil y población en general. 

El férreo control político que tenía durante el siglo XX no volvió.

Después de 12 años de gobierno panistas el PRI regresó en 2012 de la mano de un grupo de jóvenes políticos que prometían cambiar el rumbo del país, políticos, la mayoría de ellos, emanados del Grupo Atlacomulco y el Grupo Hidalgo, afirmaban que México regresaría a la senda del crecimiento económico, además acabarían con la guerra contra el narcotráfico iniciada por el presidente Felipe Calderón (que hoy en día le ha costado a México miles de muertos sin tener resultado alguno). 

El regreso del otrora partidazo al Gobierno Federal en 2012 pintaba bien, las reformas estructurales fueron aprobadas por el legislativo, la estrategia de seguridad cambio en ciertos aspectos, de hecho, a mediados de sexenio del presidente Peña Nieto la reyerta entre bandas del crimen organizado bajó, así como el número de secuestros a nivel nacional, parecía que el cambio en la estrategia de seguridad estaba funcionando, sin embargo, hubo un aumento considerable de la violencia y de la tasa de homicidios en 2016. 

La corrupción fue la gota que derramó el vaso para que el PRI fuese defenestrado en 2018.

¿Dónde quedo el partido de las grandes causas? ¿Dónde quedo el partido que se vanagloriaba por su vínculo con los que menos tienen? ¿Dónde quedo el partido que creaba cuadros políticos experimentados y que daban resultados? 

¿Dónde quedo el partido que impulsó durante el siglo XX una política exterior activa en la solución a las controversias acaecidas por la Guerra Fría?

El PRI debe regresar a las causas que le dieron origen, siendo un partido de centroizquierda y nacionalista, además, necesita incorporar a nuevos cuadros políticos para que pueda salir del letargo en donde se encuentra y de esta manera pueda ser una opción política de nueva cuenta para la ciudadanía.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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