Nuestro organismo es un almacén de memoria emocional; cada experiencia impactante se asocia con diferentes zonas del cuerpo, y es capaz de aprenderlas de por vida. No solo el cerebro tiene esta capacidad.
Las migrañas frecuentes, sin explicación médica alguna, son típicas de personalidades aprensivas en exceso. En personas con severos problemas para relajarse y disfrutar de momentos de ocio. Controlarlo todo, esperar lo peor y vivir en tensión constante, son garantía para sufrir cefaleas por muchos años. La espalda alta, nuca y hombros cansados, son síntomas de culpas y responsabilidades que no nos corresponden. Por intentar resolver vidas ajenas sin ser invitados.
El rechazo se almacena en el pecho y corazón: una opresión recurrente en esta zona, junto a sentimientos de tristeza, está asociada con figuras significativas de la infancia. Podemos ir cargando fuertes sensaciones de no sentirnos queridos o aceptados, que se reflejan en el cuerpo pero también en la elección de relaciones destructivas (por no sentir que merecemos a alguien mejor).
Cuando algo despierta nuestra furia, sentimos de inmediato que nos hierve el pecho y el estómago. Cuando esa ira no es descargada o neutralizada, se genera una terrible sensación de impotencia y frustración que se manifiesta con total claridad en las mandíbulas y los puños, fuertemente apretados.
Una baja autoestima, o profunda inseguridad personal y baja confianza, son responsables del caminar arrastrando los pies, la mirada hacia abajo, los hombros derrotados e inclinados hacia adelante. El abuso sexual suele mostrarse en personas que se sientan con las piernas fuertemente cruzadas o cerradas, y colocan por lo general una mochila o cualquier objeto sobre sus piernas, y lo aprisionan fuertemente con los brazos, porque de otra forma se sienten muy inquietos. También algunos casos de bruxismo (la fricción nocturna e involuntaria de los dientes) pueden estar asociados a estos conflictos emocionales.
¿Y a ti qué te dice tu cuerpo? Aprender a escuchar estos mensajes es el primer paso para dejar de dañar nuestro organismo y comenzar a resolver los problemas donde se generaron: en la esfera de las emociones. _
