Personas atropelladas por conductores alcohólicos, choques, pleitos y agresiones durante la madrugada de la Navidad en Playa Miramar y diferentes puntos de la ciudad… Eran algunas noticias en medios de comunicación.
Y todo esto, bajo el contexto de los festejos navideños, nos debe poner a pensar sobre el profundo extravío que muchos experimentan en torno al sentido y significado de estas fechas.
¿En qué momento, la conmemoración del más grande mensaje de amor y reconciliación, termina convertido en un escenario de borrachera y violencia?
Quienes viven aferrados al alcohol o a la violencia no necesitan un motivo específico para vivir en el caos.
Pero se vuelve tan burdo utilizar el pretexto de la Nochebuena para caer en toda clase de excesos, y terminar tratándose entre sí, de una manera completamente opuesta al sentido de esta fecha.
El significado de la Navidad también brilla por su ausencia, en aquellos hogares en donde la gente se reúne a cenar conmemorando el amor y la paz, mientras sostiene agrias discusiones, pleitos y toda clase de envidias y egoísmos entre sus familiares.
Es frecuente también observar peleas en los estacionamientos de los centros comerciales, saturados por la gente que acude a última hora a realizar compras compulsivas, convencida de que por fuerza tienen que colocar regalos debajo del pino.
En resumidas cuentas, la espiritualidad, justamente el único y verdadero motivo, queda soslayada por prestar atención hacia temas absolutamente superficiales y sin ninguna conexión con el concepto.
¿Cuál es entonces el verdadero sentido de la Navidad? No se trata simplemente de la celebración de la fecha del Nacimiento del Maestro Jesús, sino de la trascendencia de su tarea y su mensaje al venir a este mundo.
Antes de su partida nos dejó dos únicas tareas en las que resumió la profundidad de todos los años de su enseñanza: amar a Dios por sobre todas las cosas y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
¿Cómo vamos con esas tareas? Podríamos dividir a este mundo en dos partes: quienes entendieron la tarea y viven guiados por el amor, y aquellos que siguen tan extraviados como lo estaba el mundo hace más de 2000 años.
