Política

Inseguridad y demagogia

  • Columna de Frank Lozano
  • Inseguridad y demagogia
  • Frank Lozano

Cuando el punto de partida del combate a la inseguridad es la demagogia, lo que sigue es el incremento de la impunidad y la pérdida del estado de derecho, en medio de una y otra están los ciudadanos, ya sea como víctimas o como victimarios de un régimen que abandonó su mayor responsabilidad constitucional: garantizar la seguridad de todos.

La ausencia de autoridad comienza con la palabra. En el gobierno de López Obrador desapareció la alusión a los criminales. El Estado dejó de nombrar al enemigo de los mexicanos, a cambio, les ofreció abrazos, no balazos. El presidente convirtió al narcotraficante en pueblo y a las madres y abuelas de ellos, en centinelas de su conducta y responsables morales de los actos de sus hijos.

En julio del 2018 el presidente afirmaba categóricamente que desde el primer día de su mandato los criminales cambiarían las armas por tractores. Dijo también, que en seis meses sacaría al ejército de las calles, lejos de eso, mandó crear una Guardia Nacional militarizada y posteriormente amplió por decreto la presencia e injerencia del ejército en tareas de seguridad pública.

El saldo de la demagogia es mayor inseguridad. En 18 meses de mandato los homicidios superan los 50 mil. Las masacres rebasan los 60 eventos. Según datos del sistema nacional de seguridad pública se han incrementado los secuestros y las extorsiones y no se ha avanzado mucho en la búsqueda de desaparecidos. El robo de combustible sigue en aumento y los desafíos de los criminales a las autoridades suben de tono, como el asesinato de un juez federal en Colima y el atentado fallido al jefe de la policía de la ciudad de México.

La demagogia es sinónimo de simulación. El gobierno simula que los grupos criminales no existen, y que el dogma de la pacificación decretado por López Obrador se ha implantado por acto de magia. La realidad es muy distinta, el vacío del estado es ocupado sistemáticamente por los grupos criminales en una lucha intestina que genera violencia a lo largo y ancho del territorio. Sonora, Guerrero, Michoacán, Guanajuato son botones de muestra de ello.

El antídoto contra la demagogia es el estado de derecho, el fortalecimiento de las distintas policías y las políticas públicas, pero si de algo adolece este gobierno es de respeto a la ley, tiene en el abandono a las corporaciones y ha cambiado las políticas públicas por actos de fe.

En la medida en que nos alejemos del estado de derecho la brecha de impunidad seguirá ensanchándose. En la medida en que abandonamos las políticas públicas entramos al gobierno de la ineptocracia, y en materia de seguridad, demagogia e ineptocracia producen muertos.

Los pobres y los marginados, seguirán poniendo los muertos en esta guerra que no termina y de la cual el gobierno solo pone su ausencia. Y mientras López Obrador sigue diciendo que no le declararán la guerra a nadie, ignora que la guerra lo tiene arrinconado. Su silencio no es presagio de paz, es una promesa de continuidad de la guerra. 


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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