La propuesta de reforma a la ley electrica unió a la oposición, puso en la conversación el tema de las energías limpias y la responsabilidad que tiene nuestro país en colocarse del lado de las naciones que trabajan en mitigar los efectos del cambio climático a mediano y largo plazo.
Los promotores, impulsan una narrativa puramente emocional, aderezada de mentirasflagrantes y amenazas. Quienes se oponen a su proyecto son traidores que atentan contra la soberanía nacional y defienden el saqueo de empresas extranjeras.
Ante la falta de argumentos, buscaron comprar legisladores y aplazaron en más de una ocasión la votación. La propuesta del presidente, a ojos de los opositores, organismos, expertos y nuestros socios comerciales, encarecería el costo de la energía, inhibiría la inversión y provocaría el incumplimiento de nuestro país de varias cláusulas del TMEC.
Al final, hasta el momento en que escribo estas líneas, todo parece indicar que la reforma no pasará. Las dos lecturas inmediatas y reducidas, remiten a una derrota de López Obrador y a un relanzamiento del bodrio anodino llamado oposición.
Sin embargo, la lectura correcta es que el país resistió un embate regresivo en materia energética y ambiental. El rechazo a la absurda apuesta del régimen es un triunfo modesto que pone a México y a las generaciones que vienen, en la ruta de una mayor viabilidad de futuro y la construcción de un planeta más habitable.
Solo en la estrecha mente de los autócratas rechazar la propuesta del presidente se llama traición a la patria. Los diputados que se oposieron al proyecto cumplen su función de ser un contrapeso al poder ejecutivo y de plantear una visión alterna. Solo para quienes viven de la nostalgia de un mundo y un país que ya no existe, el discurso de la soberanía nacional cobra sentido. El mundo de hoy se rige desde la interdependencia, el intercambio de bienes e insumos y la cooperación. La idea de soberanía que esbozan quienes gobiernan, además de retrógada, es naif. México no es ni será una isla. México produce cosas que se requieren en otras partes y a su vez, depende de materias primas que hoy por hoy, no tenemos la capacidad de producir, o bien, tenemos una capacidad limitada. Y Morena, está lejos de ser la encarganción de la voz del pueblo, como de manera petulante lo asumen quienes solo forman una fracción de un sistema que honra la pluralidad.
Lo vivido ayer en la cámara de diputados anuncia lo que vendrá para el país antes de las elecciones del año 2024. La violencia discursiva del presidente y de sus legisladores. Más mentiras e intentos de manipular la opinión pública con consignas huecas. Una oposición que buscará mantenerse cohesionada para dar otras batallas. El debilitamiento progresivo del presidente de la república.
Pese a ello, no se pueden echar campanas al vuelo. En la agenda nacional siguen presentes grandes desafíos que exigen atención urgente: inseguridad, homicidios, desaparecidos, salud, tratamientos contra el cáncer, desarrollo económico, inflación, combate a la pobreza y otros más que mantienen en picada a la nación.
Sin embargo, celebremos hoy el adiós a la inútil reforma eléctrica.
Frank Lozano