Hace 4 años comentaba en esta columna de las predicciones sobre el cambio climático que encontramos en el canal SpaceRip de youtube.
El video documental “HyperEarth”, disponible allí, hace un análisis de las causas que están produciendo el calentamiento del planeta.
Reúne la información de un cúmulo de satélites que vigilan el clima terrestre y sobre esa base de datos presenta una simulación virtual. Así, describe lo que sucederá en los próximos 50 años.
Los mecanismos que actúan en el calentamiento global parecen ser ya parte del conocimiento masivo. La ecuación que mantiene el equilibrio en la temperatura ha alterado por las alzas de dióxido de carbono en el ambiente.
El calor se acumula en los océanos, y éste es liberado violenta y súbitamente en forma de huracanes.
Por eso cada día serán más fuertes y de gran tamaño, porque es un intento mayor por balancear un planeta con océanos más calientes.
La predicción del documental es que los huracanes aumentarán en intensidad y número. Otra de las predicciones es que el estado de California en los Estados Unidos va a pasar de una zona verde a una zona semidesértica.
Lamentablemente, desde la producción del documental y pese al rompimiento de la larga sequía que imperaba en la región, hace un par de años, hemos visto este verano la realización de ese proceso.
En las últimas dos semanas, se impuso un clima seco y caliente. Veloces vientos empezaron a soplar. Los fuegos nacieron.
Hace una semana, se empezaron a ver columnas de fuego, tan altas que llegaban al cielo.
Eran columnas que giraban enardecidas y arrancaban y consumían aquello que estuviera a su paso, porque en realidad eran tornados, arterias gigantescas de lumbre que ascendían a un cielo escarlata que sólo Dios podría apagar.
Aquello fue el segundo inicio. Días más tarde, tenebrosos e impredecibles rayos empezaron a caer en la Bahía de San Francisco. Las descargas eléctricas iniciaron nuevas series de incendios. Para el día de hoy han caído más de 11 mil rayos.
Las imágenes del fuego ardiente son increíbles. La gente ha evacuado las áreas afectadas y cientos de animales, tanto domésticos como silvestres, han entrado en huida.
El fuego avanza y deja terrenos negros y humeantes, estructuras inservibles y cientos de gentes que viven en sus coches por temor a los contagios de coronavirus.
Las ciudades en la distancia han desperado e ido al trabajo bajo cielos oscurecidos. A las personas les arden los ojos, les molesta la garganta.
Para evitar que el sistema se sobrecargue, las autoridades han decretado apagones intermitentes.
¿Qué va a venir después? El planeta nos ha estado hablando por décadas y no lo hemos escuchado. Lamentablemente ahora, de esta manera, lo estamos haciendo.
