El Sol rayará el cielo a las 6:40 am en Nazas, Durango. La Luna se hallará sobre el continente africano a esa misma hora.
A las 10:38 con 44 segundos, cuando la luz posea las cualidades de cualquier otra mañana y los animales, plantas e insectos asuman que es un día como todos los demás, habrá caído una sombra sobre las aguas del Pacífico Sur.
La Luna y el Sol se habrán encontrado en la lejanía de aquel oriente tierno, visto desde las Islas Cook.
13 minutos más tarde, la densa sombra habrá cruzado el Ecuador, con dirección de las Islas Socorro.
Mientras tanto, los observadores en Nazas levantarán los ojos al cielo, protegidos por filtros de luz, y justamente al dar las 11 de la mañana, percibirán apenas el primer contacto entre el Sol y la Luna.
La umbra tardará una hora en su travesía por el océano, mientras que los observadores en Nazas estarán viendo que la Luna asciende sobre el disco solar.
Al principio, será como un día nublado, y los colores se irán velando y una atmósfera plateada se impondrá sobre las cosas.
Mas la penumbra irá en aumento y los animales creerán que el día ha terminado, por lo que regresarán a sus nidos, corrales, madrigueras.
Los gallos cantarán por la cercanía de la noche y las abejas postergarán su vuelo.
Se sabe que las aves cantan al amanecer para despertar a las plantas. Cantarán, ahora al medio día, para inducirlas al sueño.
En el suelo aparecerán lunas, como la manifestación de una realidad enrarecida, cuando la luz del sol se filtre por el follaje de los árboles.
Muchos de nosotros recordaremos los eclipses parciales presenciados. Y otros, los cazadores de eclipses y afortunados en el amor astral, reconocerán la espesa negrura que antecede a la totalidad.
La oscuridad en ese momento habrá pasado ya por las Islas Marías y luego por Mazatlán, desde el inicio de su carrera en ese bello amanecer creciente, ocurrido apenas 90 minutos antes.
Cuando la umbra haya abandonado Sinaloa, se postrará sobre El Salto, la ciudad de Durango y Santiago Papasquiaro.
Entre tanto, el cielo y el aire en Nazas se irán volviendo más y más oscuros, y las lunas en el suelo serán devoradas por fuerzas invisibles, cuando el orden mayor y el menor manifiesten su más profundo entrelazamiento, hasta que a las 12:16 con 58 segundos del medio día, la Luna habrá cubierto el Sol por completo.
Allí empezará la cuenta de 267 segundos de total oscuridad.
Dicen los astrónomos que es posible prescindir de los lentes protectores y que podemos contemplar el eclipse con los ojos desnudos.
¿Qué encontraremos en el cielo, en la Tierra y en el interior de nosotros mismos?