Su dios, el señor Huitzilopochtli (el sol y la guerra), les dijo que construyeran un templo para él y una ciudad en la tierra donde un águila se posara sobre un nopal con tunas.
La señal apareció en una zona rocosa del lago de Texcoco, muy cerca de una cueva. Algunos dirían más tarde que el águila sobre el nopal devoraba una serpiente.
El pueblo había peregrinado por más de 200 años desde Aztlán, país cuya ubicación no se conoce hasta nuestros días y que, más tarde, le daría uno de sus nombres a esta nación: Aztecas.
El águila sobre el nopal marcó el fin de la errancia mexica y fue el comienzo de México-Tenochtitlán.
El historiador Jacques Soustelle apunta que Tenochtitlán es el lugar del “tenochli”, el “nopal de tuna dura”.
Y sobre el significado de México, enumera dos interpretaciones.
El águila con una serpiente en el pico y posada en el nopal es el símbolo de Mexitl, otro de los nombres del gran señor Huitzilopochtli.
Algunos han rechazado esta idea y prefieren leer en México las palabras “metzli” y “xictli”, que quieren decir “luna” y “centro u ombligo”.
México significaría así “la ciudad que está en medio del lago de la luna”.
Las leyendas indican que la escena ocurrió el día 2 Calli, que corresponde al 14 de marzo de 1325, dos días después del equinoccio de primavera.
¿Es una coincidencia que la fundación de la Gran Tenochtitlán mantenga sincronía con un evento astronómico?
La historia se vuelve más interesante: casi un mes después, el 13 de abril, justo una hora antes del mediodía, acaeció un eclipse total de sol en el centro de México.
El epicentro se localizó en el Golfo y la sombra del eclipse entró por Veracruz, atravesó el país y salió por los estados de Jalisco, Michoacán y partes de Guerrero.
Algunos han dicho que el descubrimiento del águila sobre el nopal tomó lugar bajo el eclipse.
Tendríamos que admitir que, para efectos de dramatismo narrativo, esta historia sería mucho más contundente si así hubiera sucedido.
No he encontrado bibliografía autorizada que afirme estos hechos.
No obstante, el astrónomo Anthony F. Aveni y el antropólogo Edward E. Calnek, quienes han hecho un recuento de los eclipses registrados en los códigos mexicas, proponen que la antigua nación eligió 1325 como el punto de origen a razón de cuatro fenómenos astrales.
Entre estos se encuentra el eclipse solar del 13 de abril.
Pero ¿qué sucede? ¿No deconstruye esta propuesta la imagen terrenal que vieron los mexicas en el corazón del lago? ¿Cómo y por qué?