Cultura

Saxofones: despedidas en tiempos de covid (segunda)

Hijo de austriaco y rusa de origen judío, ambos motivadores para que sus pequeños tocaran algún instrumento, Lee Konitz (Chicago, 1927- Nueva York, 2020) pasó de la escucha de Benny Goodman a tocar el clarinete y de ahí el saxo tenor, para después abrazar el saxo alto en sus años mozos, ya perfilándose como el gran compositor e intérprete que a la postre sería, fungiendo de líder o formando parte del grupo o banda en turno, así como departiendo con muchos de los grandes nombres en la historia del jazz.

En los 40’s, tocó con Teddy Powell y Jerry Ward, para después mudarse a Nueva York y entrar en contacto en 1943 con el renovador pianista Lennie Tristano, clave para su desarrollo y amplitud de miras, complementada con su trabajo al lado de Claude Thornhill, Gil Evans y sumándose al cuarteto de Gerry Mulligan para construir una creativa asociación que dio variados frutos. A finales de la década, grabó como parte del conjunto de Miles Davis el clásico Birth of the Cool (1957), que tardó en producirse y algunos años después vería la luz Very Cool (1958), ya firmado por él.

Este intenso proceso de aprendizaje, entre la integración de las vanguardias de la música clásica al jazz y la herencia del bebop, compartiendo tiempo con Charlie Parker y Lester Young, además de ser partícipe directo del origen del llamado Cool Jazz, fue canalizado también en grabaciones propias durante ese periodo como el homónimo Lee Konitz (1949) y el clásico prematuro Subconscious-Lee (1949), estampando su sello característico de prolongados fraseos y melodías que parecían desenrollarse en el momento, sustentadas por una especial precisión que le permitía aventurarse por distintos territorios estilísticos. Participó con Stan Kenton y en Conception (1951) al lado de Davis, Getz y Mulligan y en esos años entregó obras de consolidación como Tranquility (1957) y Lee Konitz Meets Jimmy Giuffre (1959), con el aventurero saxofonista que le ayudó en los arreglos de You and Lee (1960), en el que participaron Bill Evans y Jim Hall.

En formato de trío junto con el energético baterista coltraniano Elvin Jones y el puntilloso bajista Sonny Dallas, se aventó una especie de sesión improvisada para entregar Motion (1961), integrado por puros standars que se volvió un clásico y un buen ejemplo del funcionamiento triangular del jazz. Grabó Lee Konitz Duets (1967) bien contextualizado entre la vanguardia y el free jazz, así como el; entró en contacto con diversos músicos durante los años setenta en Europa, durante los cuales continuó interpretando obras seminales del jazz y proponiendo su propio material, alcanzando el reconocimiento e influyendo en parte el jazz que por allá se producía. Con el pianista Martial Solal entregó Star Eyes: Hamburg 1983 (1983), desafiando patrones y armonías, dándose vuelo con la improvisación.

Mantuvo intacto su talento y espíritu ecléctico hasta el final, como se advierte en Alone Together (1997) y Another Shade of Blue (1999), formando trío con Charlie Haden y Brad Mehldau, con quienes sonaría aéreo en Live at Birdland (2011), sumando a Paul Motian; le entró al impresionsimo francés en colaboración con The Axis String Quartet ya la Big Band con su colega Ohad Talmor, en tanto sonaba en Frescalalto (2017), con la compañía de Kenny Barron y en Decade (2018), junto al pianista Dan Tepfer.

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Fernando Cuevas
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