Con ausencias de algunos habituales (Juventus, Barcelona) y tribunas que extrañan ser ocupadas por el respetable, arrancaron los cuartos de final de la edición del torneo de clubes más importante y donde normalmente se ve el nivel futbolístico más alto del mundo: la mayor parte de los mejores jugadores y técnicos militan en los equipos contendientes, que a su vez son los que cuentan con mayor poder económico, salvo determinadas excepciones. A manera de termómetro de cómo se encuentran las ligas locales en Europa, se puede revisar el origen de los contendientes: tres ingleses, dos alemanes, un francés, un portugués y un español. Entremos al campo de juego con victorias para los locales el primer día y para los visitantes el segundo con derrotas alemanas incluidas.
Primera ronda de cuartos
Con la etiqueta de favorito, el Manchester City enfrentó a un rival que siempre se mantuvo al nivel del requerimiento: el Borussia Dortmund se plantó desde el inicio del juego con absoluta solvencia, solo regalando el primer cuarto de cancha y soltando avances de peligro, si bien su estelar gigantón noruego no lució como se esperaba. Poco antes de los veinte minutos, el excelso capitán De Bruyne culminó una jugada derivada de un error en la salida, justo cuando su equipo parecía más extraviado. La tónica se mantuvo a lo largo de la primera mitad con todo y un discutible gol anulado a los de amarillo, quienes salieron con igual prestancia para la segunda parte. Los ingleses tuvieron quince minutos de reconocible nivel hacia el final, cuando Reus, el otro capitán, puso el merecido aunque efímero empate, dado que el prometedor Foden le regresó la ventaja a los de azul en el ’90.
Sin estar en su mejor momento, Real Madrid y Liverpool se vieron las caras en el Alfredo Di Stéfano, de nombre más grande que su capacidad. El cuadro español, cual debe, recuperó su competitiva esencia en el momento oportuno, al igual que el brasileño Vinícius por fin justificando su fama y presencia en el terreno de juego; encontraste, los del puerto daban una exhibición olvidable, superados desde el inicio en velocidad, posición y generación de peligro. Primero el carioca, antes de la media hora de juego con soberbio pase de Kroos, y Ascensio diez minutos después, pusieron en justa ventaja a los de blanco, quienes salieron dispersos en la segunda parte, situación aprovechada por los de rojo para que un desaparecido Salah pusiera la pelota en la red. Recuperando pronto el sentido, los locales volvieron a anotar quince minutos después vía el confiado carioca para dejar la media hora restante en modo de contención. Ya no pudieron los ingleses recortar la ventaja, para nada definitiva.
Ambiente extraño en Múnich: casi se escucha el eco de los copos de nieve, ligeros pero constantes, mientras inicia el partido que reedita la final del certamen anterior. Sin decir agua(nieve) va, escapada de Neymar a los tres minutos, pase a Mbappé y la pelota se incrusta entre las piernas de Neuer. De inmediato despierta el monstruo Bayern Munich con toda su impronta teutona para dominar el ataque, solo detenido por un avispado Navas y, acaso, la ausencia de Lewandowski. A pesar de las múltiples opciones, el segundo gol fue para el cuadro francés, a pase otra vez de Neymar que Marquinhos resolvió como si fuera delantero, antes de la media hora. Lejos de paralizarse, el campeón defensor siguió hacia delante hasta que unos minutos después, el germano-camerunés ChoupoMoting redujo la ventaja con feroz cabezazo.
Para la segunda parte, entre lastimados y ajustes estratégicos, continuó la sensación de que el empate estaba en puerta por el arrecio de la presión que parecía ir acompañada por la nevada. Al 60’ llegó el gol, otra vez de cabeza pero ahora por obra de Müller, aprovechando su soledad ante un cobro de pelota parada. Se respiraba en el ambiente que habría más anotaciones, sobre todo de parte de los locales que tenían el momento y la pelota bajo su dominio. Pero es justo en esas circunstancias en las que aparecen los grandes jugadores: una descolgada de Mbappé, se planta en el área, hace una pausa magistral y dispara a primer poste sorprendiendo a defensa y arquero. Por supuesto, los alemanes no cejaron en su lucha y tras 31 disparos a puerta, no lograron alcanzar el empate frente al Paris Saint-German. Un juego épico.
Más opciones para el Porto pero el gol cayó a favor del Chelsea en una primera parte donde el sorpresivo equipo lusitano se comportó a la altura de las circunstancias, compitiendo sin complejos ante un rival que en el papel y al final en el campo, resultó superior. Pasada la media hora de juego, Mount controló un buen servicio para cruzar su disparo y abrir el marcador en el Sáncjez-Pizjuan de Sevilla, escenario dadas las restricciones de viajes entre ambos países; los de Londres mostraban así una efectividad absoluta: una oportunidad, un gol. Todavía en la primera parte, los portugueses tuvieron ocasiones, al igual que en ciertos momentos del segundo tiempo, si bien fueron perdiendo energía y precisión, en tanto los ingleses aguardaban con llegadas esporádicas hasta que hacia el final del partido apareció Chilwell para anotar el segundo tras robarle la pelota a Corona, colocando la eliminatoria en un sitio no definitivo, pero bastante cómodo. _
Fernando Cuevas