Arrancó la quincuagésima primera edición del Festival Internacional Cervantino con Sonora y Estados Unidos como invitados. Sobreviviendo a presupuestos reducidos desde hace ya varios años que ha incidido en las posibilidades para armar la programación, la fiesta cultural llevada a cabo en Guanajuato y ciudades aledañas como Irapuato, Purísima de Bustos, León y Salamanca (además de algunas otras del país a las que llegan algunos artistas), busca mantenerse vigente en el panorama de la cultura, no solo local y nacional, sino a nivel global. Una mirada a un par de propuestas musicales que forman parte del cartel:
Con su internacionalismo por delante que impulsa su propuesta instrumental y compositiva, se presenta el trío Wooonta, integrado por el violonchelo de francés Hugues Vincent, jugando igual como soporte y puente de las armonías que como protagonista melódico; la cítara del japonés Ryohei Kanemitsu “YO”, brindando el enfático toque de orientalismo que se entremezcla con el versátil erhu (violín chino de dos cuerdas) del taiwanés T.S. Lo: un triángulo flexible de cuerdas que parece provenir de todas partes y de ninguna en particular, familiar y novedoso en un mismo momento.
En su álbum Wooontaful (2016) combinan sonidos de Europa del Este con un mandopop que nos lleva al folklore chino y taiwanés, explorando tradiciones de estructuración de las piezas y dando paso a interacciones que igual se coluden en un mismo sentido, que se contrapuntean como si se tratara de retomar el rumbo de la pieza hacia algún destino previamente señalado: un acompañamiento tejido por cuerdas que se entrelazan o que optan por tomar su propio camino para encontrarse más tarde en el nudo de la composición y así volver a tomar fascinantes rumbos.
Presentan el programa Sonidos de Taiwán, país en el que se conocieron para formar este trío ecléctico que suena como a un periplo de ida y vuelta por diversos rincones y estampas del mundo, al mismo tiempo invitándonos a conocer esas fronteras inéditas que se crean a partir de la conjunción sonora desde diversas denominaciones de origen, incluyendo las bienvenidas improvisaciones que terminan por darle ese toque de sorpresa auditiva a la excursión multicultural.
Por su parte, Dives es un trío vienés conformado por Dora de Goederen, Tamara Leichtfried y Viktoria Kirner, tres jóvenes que se deslizan de un indie de guitarras cristalinas a ciertos apuntes de garage, y de ahí a un dream pop de juegos vocales, ubicadas en la nutrida vertiente de grupos femeninos o solistas como Courtney Barnett, Lucy Dacus, The Beths, Wet Leg y Soccer Mommy, entre otras, que se desarrollan en estas coordenadas musicales. Se conocieron en un festival musical llamado Pink Noise Camp en el 2015 y entregaron intuitivamente el sencillo Fresh Air en el 2016 con tono brumoso y el EP homónimo Dives (2017).