Política

Will Smith y el macho herido

No hace falta que describa el golpe que le dio Will Smith a Chris Rock. Todo el mundo lo conoce. La verdad es que lo que más desconcertante fue la reacción de las redes sociales. Por ejemplo, personas que celebraron el bofetón. Lo aplaudían. Les parecía una reacción justificable cuando alguien se burla de tu familia. La prueba del hombre auténtico que defiende a su familia. La valentía machista de aquél que no permite que se juegue con el honor de su amada. Pensé: ¿cuántos millones de hombres -y mujeres- se vieron representados por el golpe de Smith?

Hay un asunto político de fondo. En la medida que ha ido avanzando el feminismo a nivel global con reivindicaciones justas sobre la desigualdad, la violencia y la discriminación que sufren las mujeres, ha habido una reacción furibunda de algunos grupos que consideran que las mujeres nos están pidiendo a los hombres que dejemos de serlo. Es decir, que este concepto de las nuevas masculinidades supone des-masculinizar a los hombres. La reacción ha supuesto que algunos se sientan exhibidos frente a los planteamientos que hace el feminismo. El ascenso político de “hombres fuertes” como Trump o Putin es también reflejo de esa tendencia política. La masculinidad que reivindica la posibilidad de ser un macho desacomplejado sin tener que sentir culpa.

El macho herido se está expresando a través de múltiples movimientos políticos. Por ejemplo, Vox en España. Blanquitud, armas, cacería, violencia, familia tradicional. Éric Zemmour y su movimiento de reconquista en Francia que denuncia al “feminismo radical de izquierda”. Nos quieren volver mujeres, dicen algunos trumpistas en Estados Unidos. La masculinidad clásica, tóxica y violenta, se volvió una identidad política frente al feminismo. Esa masculinidad celebra y justifica la violencia de Will Smith. Reaccionó como hombre. Incluso como caballero que defiende a su pobre e indefensa doncella.

No justificaría nunca una broma como la de Rock. Bromear con la enfermedad es un humor cruel e inaceptable. No obstante, Smith podía reaccionar de muchas formas. Por ejemplo, abandonando la sala en reproche por la falta de respeto a su compañera. O subir y hacer un discurso que exhibiera el comportamiento inaceptable del comediante. Tenía una serie de alternativas y eligió la salida violenta. No obstante, propiciar la violencia para defender a los tuyos es algo que sucede constantemente. Como padres, ante el temor de que nuestras hijas puedan ser objeto de acoso, les decimos: defiéndete, si te pegan, pues tú les pegas más fuerte. Tenemos una idea violenta de la forma en que debemos defendernos.

Debemos de entender que el género está en el centro del debate sobre la política y las identidades. No sé qué tan bueno sea eso para el futuro de la política y la democracia, pero es una realidad que el género se politizó. El aplauso a Smith es sinónimo de un revisionismo machista que no debemos menospreciar. Frente al avance del feminismo, una parte del espectro político tiene la tentación de refugiarse en las masculinidades tradicionales. La valentía, el arrojo, la virilidad como elementos constitutivos del hombre.  Creo que un error de algunas feministas es renunciar a hablarle por completo a los hombres. Como si no tuviéramos nada que ver en las transformaciones que proponen los grupos feministas. Como si todos los hombres fuéramos violadores y violentadores en potencia. El cambio cultural necesita de la alianza y complicidad positiva de los hombres.

Enrique Toussaint


Google news logo
Síguenos en
Enrique Toussaint
  • Enrique Toussaint
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.