La renuncia de la priista Alejandra del Moral a favor de Sheinbaum ya se contabiliza en los números de esta última. Entra en su lista de los tricolores conversos, no en la de López Obrador.
Murat y Eruviel, por ejemplo, todavía fueron resaca de la contienda anterior. Del Moral es claudista.
Eruviel Ávila se unió sin tapujos a la 4T. Alfredo del Mazo se conformó con no tener investigación en su contra y les dejó a Delfina y compañía el codiciado Estado de México.
La purificación de los opositores al atravesar el manto cuatroteísta fue la constante que le sirvió a AMLO para que le entregaran los estados gobernados por los Revolucionarios Institucionales.
El sinaloense Quirino Ordaz le dejó el paso libre a Rubén Rocha Moya. Eso le valió la estratégica embajada de México en España.
En Sonora, Claudia Pavlovich se benefició con el consulado de Barcelona. Le abrió el paso al ex secretario de Seguridad obradorista Alfonso Durazo.
El campechano Carlos Miguel Aysa se fue de embajador a República Dominicana, luego de cederle la silla a Layda Sansores. Recordarán que su ratificación en el Congreso se puso cardiaca hasta que votaron a favor de los deseos de Palacio.
Carlos Joaquín González, de Quintana Roo, aterrizó en la embajada de Canadá.
El hidalguense Omar Fayad, después de negarlo tres veces, arribó a tierras noruegas.
La Secretaría de Relaciones Exteriores se volvió el premio y el refugio de los priistas cooptados por Andrés Manuel.
Ayer tocó el turno a la hija pródiga del priismo mexiquense: Alejandra del Moral. Le dio la espalda a su partido y se unió a Claudia. Indicó que, tras una reflexión profunda, llegó a la conclusión de que es momento de construir nuevos caminos.
Estas embajadas y chapulineos convenientes, hasta el domingo pasado, se las debíamos a López Obrador y, en su caso (si existiera la división partido-gobierno), a Mario Delgado.
Pero ahora la fuga de Alejandra es toda de Sheinbaum.
La candidata del Movimiento de Regeneración Nacional se vistió de PRIMOR con su fichaje de segunda división, heredera del Grupo Atlacomulco y con gran potencial de crecimiento.
Aquí entre nos
Cuando escriba mi próxima columna, habrá pasado la jornada electoral. Nos toca votar.
Es de los pocos momentos en donde la ciudadanía tenemos el verdadero bastón de mando.