Tras celebrar dos recientes parlamentos abiertos en materia de subcontratación y haber llegado a acuerdos sustantivos en favor de la economía nacional, de la estructura laboral mexicana y de la clase trabajadora, no podemos volver a situar el debate en un punto que ha probado ser nocivo y extremadamente riesgoso para el país: el prohibicionismo y la criminalización general del outsourcing.
TallentiaMX está consciente de que las leyes son siempre perfectibles y que debemos colaborar sin descanso para que se aseguren los derechos de todos los mexicanos. La reforma laboral que entró en vigor el 20 de mayo de 2019 constituyó un enorme avance, pues desde entonces nuestras leyes son aplaudidas mundialmente por ser paradigmáticas en los alcances y la claridad con que se defiende a los trabajadores. Cualquier análisis que se haga debe partir de tal premisa.
Las leyes, lejos de lo que pudiera pensarse, no son un maquillaje, sino que son el contexto normativo mediante el cual las relaciones humanas se pueden dar de manera pacífica y digna, fundamentándose en el derecho, la justicia y los intereses compartidos. Por este motivo, resultan sumamente contundentes y afortunados los acuerdos y las opiniones que se han vertido en los distintos foros de subcontratación, según los cuales el grupo interinstitucional que ha creado el Ejecutivo Federal para supervisar y fiscalizar adecuadamente las prácticas laborales ha probado ser eficiente y eficaz. Gracias a acciones como ésta (y como la futura y recomendable creación de un padrón nacional de empresas de subcontratación) podemos defender los intereses de México y cerrar el paso a las malas prácticas laborales.
TallentiaMX se congratula de lo sucedido en la innovadora primera mesa de alto nivel que tuvo lugar en el Senado el pasado 24 de febrero para llegar a un acuerdo acerca de la tercerización. En ella, además de que participaron diversos actores sociales y gubernamentales, debe destacarse la intervención del presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Ricardo Monreal, quien envió un mensaje de confianza e insistió en que se llegará a un consenso. Debemos ser tan cuidadosos a la hora de confeccionar las leyes como rigurosos en su cumplimiento.
En el siglo XXI las relaciones laborales ya no pueden ser descritas simple y llanamente como la relación asalariada entre un patrón y un trabajador. Nacional e internacionalmente existen muchísimos otros modelos en los que están insertos un sinfín de personas y que han probado ser benéficos e indispensables para el desarrollo económico y social. Hoy en día las cadenas de producción son globales.
Ante este panorama, tenemos dos alternativas. La primera es cerrar los ojos a nuevos esquemas, aislarnos y petrificarnos. La segunda es hacer ajustes para aprovechar los cambios y modernizar nuestra estructura laboral. Bien empleada, la subcontratación —que es legal— da innumerables empleos, capacita, aumenta la productividad y mejora las condiciones de vida. Para que la realidad se adapte a la ley, la ley tiene que adaptarse a la realidad.
Por esto mismo, las leyes necesitan ser, en ocasiones, complicadas. Porque la realidad contemporánea es así. Se debe legislar y gobernar atendiendo a los detalles. De lo contrario, corremos el riesgo de caer en simplificaciones absurdas, cuyas consecuencias serían terribles. Si no se considera, por ejemplo, que casi 8 millones de mexicanos son subcontratados legalmente, se puede generar su despido, con la consecuente precarización, ilegalidad, informalidad e incluso criminalidad. Si se piensa de antemano que empresarios y patrones son criminales, podemos desmoronar la estructura social y económica, así como el estado de derecho.
Por esto mismo, hago un llamado para que el Congreso de la Unión atienda lo que se dijo en los recientes parlamentos abiertos. No es necesario hacer cambios sustantivos a la Ley Federal del Trabajo. Basta con mejorar su cumplimiento y, tal vez, con la creación de un registro de empresas de subcontratación. La subcontratación ya es legal. Las leyes sí importan. Hagámoslas valer.
*Director general de TallentiaMX.