Comprender lo que se ordena en una norma jurídica que se haga, significa aplicarla a la situación concreta a la que se refiere; y cuando el juzgador por ignorar el contexto no logra comprender la orden, o por algún motivo finge no haberla comprendido, lo que no es poco común, entonces su interpretación sesgada de la ley daña la justicia.
Demostraré ahora que en la interpretación que hizo el Consejo de la Judicatura Federal del Decreto del Consejo de Salubridad del 30 de marzo, el cual define la impartición de justicia como actividad esencial, es incorrecta porque, sin considerar la situación concreta en la que hoy se realiza la función jurisdiccional, establece que para preservar la salud e integridad de justiciables y trabajadores solo se atenderán casos urgentes.
Es errónea porque (1) no hay disposición expresa en el Decreto para que se determine, como antijurídicamente se hizo, qué asuntos son urgentes y cuáles no; y (2) porque, a falta de disposición expresa, la interpretación no tomó en cuenta el “contexto” en el que los juzgadores hoy en día desempeñan su función. A diferencia de hace 20 años, hoy se cuenta con una ciencia y una tecnología que ponen en manos de juzgadores y proyectistas medios cada vez más sofisticados para el desempeño de sus funciones.
Los juzgadores y proyectistas hoy pueden verse a los ojos y deliberar, estando cada quien en sus casas; la biblioteca de Derecho y los cerros de expedientes se llevan en la mano a todos lados; los abogados y justiciables pueden participar en actos jurídicos de manera no presencial, salvo desahogo de testimoniales y confesionales, lo cual puede realizarse cuidando la sana distancia y otras medidas extremas de salud.
Conclusión: la pandemia del coronavirus ha venido a empeorar la endémica crisis de la justicia que padecemos; no hay pretexto que valga para que prácticamente suspendan labores cobrando su salario íntegro, mientras que, por un lado, miles han perdido sus empleo o cobran solo la mitad de salario; y por el otro, empresas mexicanas buscan la protección del concurso mercantil en el extranjero, por falta de tribunales en México. ¡Ah, pero eso sí, creen que por su trabajo merecen las perlas de la Virgen!