Hasta hoy, lo nuevo de la nueva política –eslogan de la campaña electoral de Samuel García– es que para ganar una elección ya no hace falta ser poseedor de estructuras territoriales, lo que es usual en la vieja política combatida por el virtual gobernador de Nuevo León, lo que ahora se necesita es solamente saber usar el poder de las redes sociales.
Cómo explicar el hecho de que, no obstante que la abanderada de Juntos Haremos Historia, Clara Luz Flores, y quien aspiró a la alcaldía de Monterrey por la coalición PRI-PRD, Paco Cienfuegos, realizaron sus cierres de campaña con miles de simpatizantes, en tanto que Samuel García apenas rebasó las mil personas, finalmente el número de sufragantes que éste pudo reunir en el estacionamiento de la Arena Monterrey no fue definitorio para su triunfo.
Pero no nos hagamos ilusiones. Por lo ya visto en Samuel durante su campaña, es posible que lo nuevo de la nueva política prometida no será tan nuevo, sino que, como en la vieja política, ésta se fundamentará en la mala memoria de los ciudadanos.
Antes y después del inicio de su campaña, Samuel tuvo un montón de desaguisados en las redes sociales que lo mostraron de cuerpo entero como misógino, machista, mal informado de la economía doméstica y, entre otros desatinos, inventor de historias de su vida de niño maltratado, que para obtener su mesada tenía que trabajar arduamente acompañando a su padre a jugar golf. ¿Y quién se acuerda de todo esto?
Otro punto de lo nada nuevo de la nueva política de Samuel García es el desborde de los gastos de campaña procedente de la financiación privada, sin que pase nada. Primero dijo, sin que nadie se lo preguntara, quejándose de la escasa financiación pública que le correspondía, que sus familiares lo apoyaron con 20 millones de pesos, después cándidamente negó este hecho. ¿No es esto parte de la vieja política?
¿Y las actividades propagandísticas realizadas en las redes sociales a favor de Samuel por su esposa, la influencer Mariana? ¿Serán esto cuantificado para calcular el monto total de la financiación privada de Samuel? ¿Hará algo el INE al respecto? ¿No es esto parte de la vieja política replicado en la nueva política?
La mayoría de los sufragantes perdonaron a Samuel todos sus excesos, desatinos y mentiras, a Clara luz no. Cada metida de pata del hoy gobernador electo le significó un incremento en la preferencia electoral. ¿Qué factores determinaron tal cosa?
Intuyo los siguientes: (1) el anuncio de que era investigado por graves delitos, con lo que a los ojos de los electores apareció como víctima; y (2) la ideología del emprendedurismo regionalista impregnada en el incendiario discurso de Samuel durante su campaña.
No es esta ideología, como se suele creer, propia del neoliberalismo, versión dominante del capitalismo desde hace más de tres décadas. Con diferentes matices, la ideología del emprendedurismo (la creencia de que cualquier persona, aunque sea pobre, si tiene iniciativa para realizar acciones empresariales difíciles y riesgosas, puede llegar a ser un próspero empresario) ha estado presente en todo el país desde el siglo XIX.
La diferencia es que hoy estamos ante un emprendedurismo con rasgos discriminatorios, segregativos y excluyentes: los regiomontanos somos mejores en todo; no es conveniente que nuestros niños estudien en los mismos libros de textos que los niños de las demás entidades, porque nuestros niños son mejores; los del sur son pobres por flojos; la riqueza que produce Nuevo León debe quedarse en Nuevo León… Lo hecho, hecho está, somos el único animal que se equivoca dos veces con la misma piedra.