La Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) tiene un nuevo frente que atender, encima de todos los que ya tiene por diversas cuestiones externas a lo académico.
Ahora, trabajadores del sistema de transporte universitario, mejor conocido como el Garzabús, se fueron a paro de labores, pues acusan que no les han ajustado el salario conforme a lo que se requiere para tener un ingreso digno.
¿Cuál fue la respuesta?, se rumora que serán despedidos. Ante ello la comunidad universitaria se ha solidarizado para pedir a Rectoría que no se tomen medidas drásticas y se sienten a negociar con los trabajadores.
La acción llegó hasta oídos de intendentes y jardineros, trabajadores de los institutos quienes reciben lo mismo que los choferes, 2 mil 800 pesos quincenales, de acuerdo con las versiones de los conductores que se fueron al paro de unidades.
Mientras eso ocurre, la UAEH se la ha pasado organizando eventos internacionales, construido edificios rimbombantes, y este día presentan su Feria Universitaria del Libro. Nada de eso está mal, dicen los universitarios. Sin embargo, se debe poner en la balanza a todos y cada uno de los integrantes de la comunidad, pues cada uno representa a los valores que tanto dicen enarbolar.
Se debe hablar pues de derechos laborales para los conductores del Garzabús, pero solo es el eslabón del resto de peticiones; revisión de contratos con docentes e investigadores, pagos más justos, transparencia en cuentas, dejar de estar inmersos en política y dedicarse a la academia, de donde han surgido las mejores generaciones de profesionales en el estado. Sumado a dicho problema, el rector Adolfo Pontigo también debe pronunciarse por el tema de los estudiantes detenidos en Real del Monte el pasado fin de semana; es una buena oportunidad, considerando que le queda cada vez menos tiempo a su periodo como máxima autoridad de la UAEH.
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