Política

Los usos y costumbres de los recursos públicos

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  • Eduardo Garduño Campa

En días pasados el titular del Órgano Interno de Control de la Universidad Autónoma del Estado de México, Victorino Barrios Dávalos, rindió su primer informe de labores al frente de esa dependencia ante la legislatura mexiquense.

El funcionario denunció, en declaraciones a los mass media, la disposición de recursos universitarios por parte de quienes han terminado sus encargos administrativos, pero siguen haciendo usos de los bienes institucionales como si fueran propios.

Hizo alusión directa a tres ex rectores que mantienen bajo su custodia automóviles propiedad de la universidad, y cobran sus sueldos como personal docente de tiempo completo sin estar laborando dentro de la institución, porque están trabajando en otras dependencias.

Está permitido en la legislación que personal docente definitivo puede ausentarse de la institución para prestar sus servicios profesionales en otra área del sector público distinta a la UAEM.

Lo que no está permitido es que, mientras trabajan en otra área, perciban el salario de la universidad sin haber hecho lo propio para merecer la remuneración.

Anticipó el titular del órgano interno de control que se iniciarán procedimientos administrativos para que los ex rectores regresen el dinero a la universidad, recibido durante el tiempo que no trabajaron dentro de la institución. Es lo más justo, asentó.

La justificación oficial sobre estos comportamientos, cobrar sin trabajar y disponer de bienes universitarios para su servicio personal, es por los usos y costumbres. Se hace siempre.

Pero esto de la disposición de recursos públicos para uso personal de los funcionarios no es privativo de la Universidad Autónoma del Estado de México, también pasa en la administración pública estatal y en los municipios y órganos autónomos.

Los titulares de las dependencias se sienten con todo el derecho de utilizar los recursos públicos para uso personal.

Disponen de vehículos y personal para que los choferes hagan labores ajenas a su responsabilidad como servidores del Estado. Designan a un servidor público para que lleve a sus hijos a las escuelas y los recoja; por la tarde, a sus actividades extraescolares. También, durante la estancia de los chicos en los centros educativos, quedan a disposición de las esposas para llevarlas al salón de belleza, a los desayunos con las voluntarias, ir al súper y hasta atender a las mascotas.

Pero hay otros que van más allá, además de poner a disposición de su familia autos y personal del gobierno, también apoyan con autos y personal (si pertenecen al mismo equipo político) a ex funcionarios. De hecho, hasta les sostienen los sueldos por tres o cuatro meses.

Así es como se las gastan, pues son usos y costumbres. Y, si lo hicieron los anteriores, ¿por qué los actuales no? ¿por qué no disfrutar de las mieles del presupuesto?. MIentras no se den cuenta y se pueda, que se mantenga en estatus a costa de los impuestos de los demás.

El concepto "servidor público" lo entienden una mínima parte de los que están dentro de la administración pública, pues una inmensa mayoría no tienen idea; están por una recomendación y no por una vocación.

Por eso no ven mal que se actúe así, pues a final de cuentas son usos y costumbres.

Ojalá lo que se haga en la universidad para acabar con estas prácticas se replique en la administración pública de los tres niveles de gobierno y en los poderes judicial y legislativo.

Veremos.

Eduardo Garduño Campa

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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