Que muchos se preguntan qué tienen en común Olivia Salomón y Lizeth Sanchez, más allá del género. En primer lugar que ambas iniciaron desde el día uno en la administración de Miguel Barbosa. En segundo que en más de una ocasión se anticipó su salida pero nunca ocurrió. En tercero que ambas salen del gabinete estatal, ahora dirigido por Sergio Céspedes para buscar ser candidatas a sucederlo. Y finalmente que su salida fue arropada por el gobierno del estado, es decir tuvieron una salida digna y por la puerta grande, lo que no necesariamente ocurrió en todos los casos.
Que si bien la violencia se elevó de forma alarmante en los últimos años en todo el país, el problema se agudiza cuando existe la incapacidad o falta de interés de las autoridades locales. Es exactamente lo que ocurre en las cholulas, ambas gobernadas por el PAN, donde no hay una estrategia definida para enfrentar la criminalidad, poniendo en estado de vulnerabilidad a la población. Para muestra el lamentable fallecimiento de un empresario poblano, quien murió asesinado tras un asalto en las inmediaciones de un banco en una plaza comercial. Si hubiese existido la presencia de policías, seguramente no habría sido tan fácil para los ladrones.
Que a quien ya le gustó la actuación es a la alcaldesa de San Martín Texmelucan, Norma Layón, quien no conforme con el “papelón” que protagonizó al colocarse una peluca y “cachar” a sus elementos de tránsito dando mordidas (o sea, extorsionando), ahora ya estrenó capitulo donde aparece como juez atendiendo un caso sin resolver, haga de cuenta como la famosa doctora Ana María Polo en “Caso Cerrado”. Y ya si nos ponemos más visionarios, así como la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, tiene su “Martes del Jaguar”, la alcaldesa y a la vez aspirante a la gubernatura podría tener su “Miércoles de Caza Policías”.
Que entre la comunidad universitaria de la zona de la facultad de medicina, hay preocupación pues aseguran que una banda delincuencial opera en un radio que abarca la 13 sur, entre la 31 y 25 poniente, así como 11 y 15 sur. Si bien ya se reportó la gravedad del asunto, solo la seguridad de la universidad reforzó su vigilancia, que no así la policía municipal.
