Que el párroco del barrio de San Antonio, reconoció que Eduardo Rivera es muy buen católico, lo anterior tras entregarle una imagen religiosa al finalizar el evento en el que entregó la segunda etapa de obras de dignificación del barrio. Tras recibir una imagen de manos del religioso, todos elevaron una oración que terminó con el edil persignándose frente a los presentes. De todos es conocida la fe que profesa el político y seguramente que Juárez se estaría retorciendo del coraje.
Que la declaración de María Luisa Núñez fue directa y sin miramientos. Resulta que al convocar a la movilización del #8M, la Fundadora del Colectivo Voz de los Desaparecidos en Puebla, resaltó que no es necesario hacer daños a los inmuebles, pues las instituciones por sí mismas ya están rotas, puesto que no cumplen su cometido. ¿Algo qué objetar?
Que durante esta semana que terminó, el poblano Manuel Alonso García regresó a la ciudad capital para participar en el convenio de Colaboración en Materia de Seguridad con los Estados Limítrofes. Alonso García asistió en calidad de secretario de seguridad pública de Aguascalientes ya que se trata de uno de los hombres de más confianza de la gobernadora panista Tere Jiménez. Quién creyera que apenas tres meses atrás, el gobierno del estado (tiempos de Barbosa) lo señalaba y hasta lo investigaba por supuestos delitos de diversa índole. Por eso llamó la atención el abrazo que se dio con el fiscal general, Gilberto Higuera. Sin duda que entre ellos hay buena relación.
Que el ex secretario de movilidad y transporte, Guillermo Aréchiga ya duerme y come en su casa, tras un año de haber ser detenido y señalado por el delito de corrupción. En su momento, Guillermo Aréchiga se convirtió en un hombre muy cercano al ex gobernador Miguel Barbosa, especialmente durante las dos campañas electorales al punto de convertirlo en titular de una dependencia donde más arraigadas están las malas prácticas. “Lo puso frente a la carne de puerco en plena cuaresma”..
