Que el gobernador Pablo Lemus aceptó la reforma al Poder Judicial y hará la propia, en el ánimo de mantener lo que considera una sana relación con Claudia Sheinbaum. Para su presentación hizo una jugada política porque, a la hora que hacía su propia presentación en el Congreso, se reunían diputados locales con consejeros electorales para analizar el tema de la elección.
Que esa reunión, a puerta cerrada, donde las autoridades del Congreso pidieron la salida de todo el personal del recinto, los representantes del Instituto Electoral del Estado dijeron a diputados que no hay manera de sacar el proceso de elección de representante del Poder Judicial, porque el INE fijó como fecha mínima el 15 de enero y esa fecha ya pasó. Claudia Munguía, coordinadora del PAN, insistía en cuánto o a cuánto puede crecer el gasto de proceso. Los consejeros dijeron no hay tiempo y no está claro, pero los legisladores tienen la última palabra.
Que el nombramiento de Arturo Zamora, ex priista y respetable abogado de Guadalajara, fue bien visto y con muuyyyy buenos ojos por todas las fuerzas políticas del estado, incluyendo la de Morena, para acompañar a Lemus en el proceso de la reforma de justicia. Es un buen mensaje de Lemus a Claudia Sheinbaum, porque la presidenta lo respeta. Pues cómo no si hasta los morenistas dicen que la mandataria lo quería como candidato a gobernador del estado.
Que la desarticulación del call center clandestino en Medrano revela mucho más que un operativo exitoso: expone la fragilidad de las estrategias de prevención del crimen organizado en Jalisco. Mientras el gobernador Pablo Lemus celebra los resultados y apunta a posibles vínculos con desapariciones y fraudes mayores, la realidad es que este tipo de crímenes funcionan a plena vista, aprovechando la falta de vigilancia y regulación. La narrativa oficial habla de coordinación, pero lo que realmente urge es una política integral que investigue a fondo a quienes están detrás de estas redes y prevenga que el estado siga siendo terreno fértil para ello.