Regresó a la actividad pública el gobernador Enrique Alfaro, luego del susto del fin de semana que le llevó a dormir en un hospital para ser revisado de mareo y el entumecimiento de un brazo. Fue ayer en redes sociales que el mandatario reveló el diagnóstico: “En las vértebras C5 y C6 la masa muscular estaba ejerciendo demasiada presión sobre el nervio e impedía la correcta circulación de sangre hacia el cerebro”. Por fortuna el asunto no pasó a mayores, y aunque trabajando Enrique Alfaro deberá estar en tratamiento por dos semanas. En sus menajes el gobernador subió foto donde Fernando Petersen, secretario estatal de Salud, le está tomando la presión. Eso sí: Alfaro cumplió lo ofrecido el lunes, y ayer anduvo de gira por la zona de Los Altos.
Con el homenaje de ayer en el Paraninfo, la Universidad de Guadalajara cierra un primer capítulo de la despedida al ex rector y hombre fuerte de la casa de estudios, Raúl Padilla. Se esperan más ceremonias luctuosas en diferentes instancias universitarias y parauniversitarias, pero por lo pronto regresa la vida habitual, amén de que la UdeG está formalmente de vacaciones. Lo que se mantendrá es la serie de reuniones de trabajo, de carácter privado, entre directivos y personajes del grupo cercano al desaparecido líder. De hecho, ya comenzaron el domingo pasado, y se mantendrán a lo largo de las dos semanas de asueto escolar. Por lo pronto el rector general, Ricardo Villanueva, ya dijo a periodistas que no descarta una reunión con el presidente Andrés Manuel López Obrador para ponerlo al día sobre la vida de los Leones Negros.
Pues ya cayó un hombre que prendió fuego de manera deliberada en una zona de cerro viejo, allá en Tlajomulco de Zúñiga. La intervención de las autoridades resulta importante en este caso, pues además del daño medioambiental, dos brigadistas de la Semadet resultaron lesionados al combatir dicho incendio. La detención refuerza los señalamientos de autoridades estatales de que hay manos criminales que provocan incendios por diferentes motivos. Habrá que apoyar en todo a los combatientes y, lo más importante, estar atentos y denunciar actos que dañan a todos.