Que nos cuentan que el temprano anuncio de la salida del hoy ex fiscal de Guanajuato, Carlos Zamarripa, trajo de inmediato división de bandos al interior de la Fiscalía General del Estado, a sabiendas de que con los cambios que se hicieron efectivos a partir del primero de enero vendrán acompañados de una serie de relevos en diversas áreas, entre ellas las fiscalías regionales.
Si bien es cierto la persona que sea designada como nuevo titular de la autoridad investigadora tendrá la última palabra ya hay quienes se frotan las manos por un ascenso, por lo pronto se sabe que al menos dos fiscales regionales salieron de la FGE, por temas de jubilación ellos son Joel Romo Lozano y Navigio A. Gallardo Romero.
Que el tema fue abordado desde la conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum quien primero celebró el relevo en la Fiscalía, al tiempo que recordó que Guanajuato sigue siendo el estado con mayor número de homicidios, con un ligero repunte al cierre del año pasado.
Sin duda es un señalamiento continuo hacia la entidad lo que vendría a reafirmar la teoría altamente probable que la Federación difícilmente vaya a palomear al nuevo o nueva titular de la fiscalía lo que significaría hacer a un lado el ariete de los magros resultados contra la violencia homicida.
Que en tanto en el Legislativo cada grupo parlamentario empieza a barajar algunos nombres de perfiles que jugarán en el proceso de sucesión al menos dos bancadas cuentan con al menos un currículo de ciudadanos cuyo origen es el estado de Guanajuato pero serán dados a conocer hasta el próximo 8 de enero.
Lo que es cierto es que hoy es difícil hablar de un consenso pues cada partido mostrará sus barajas incluso se sospecha que el perfil ideal y consensuado podría ni siquiera venir de la bancada del Partido Acción Nacional sino de otra de las bancadas previo acuerdo con los azules y palomeado por el gobierno del estado.
