Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, el escritor húngaro Sándor Márai regresó a su casa en Budapest, la cual había quedado en ruinas por los bombardeos. En medio de escombros, yacía aplastada y destrozada su biblioteca de seis mil ejemplares. Un solo libro rescató de aquella desolación: Sobre el cuidado de un perro de clase media.
Aquel título semejante al de un tutorial actual de YouTube pasaría desapercibido entre la domesticación felizmente avanzada que han hecho hoy las mascotas de nosotros. Solo esta decisión de Márai de elegir ese libro entre los que sobrevivieron a la devastación me intriga y alienta a leer su obra.
Son dos las personas a las que he oído hablar con vehemencia —casi fervor— sobre la literatura de Márai. El primero es don Julio Scherer, no solo uno de los reporteros políticos más brillantes, sino también un periodista narrativo que ponía al mismo nivel su responsabilidad de analizar el poder con la de procurar el mejor uso posible del lenguaje para informar de ello.
La otra persona a la que escuché hablar con determinación similar sobre Márai es un raro político llamado Javier Corral, quien hace tiempo me compartió su plan ideal después de concluir su periodo como gobernador de Chihuahua: abrir una librería en la árida capital de su estado bajo el nombre de Sándor Márai.
Aquella idea se concretó apenas con una inauguración en la que participaron el editor Marcelo Uribe, la escritora Irene Vallejo y el escritor Enrique Serna, entre otros miembros de la comunidad cultural; sin embargo, la ceremonia acabó sucediendo al aire libre por una clausura de las autoridades locales.
El evento quedó atrapado así en la disputa de la gobernadora María Eugenia Campos con su antecesor, la cual ha distorsionado la vida política de la entidad, al grado de encarcelar injustamente a Francisco González Arredondo, fiscal que lideró las investigaciones de corrupción más serias en la historia del estado. La bronca ha llegado ahora al absurdo de cerrar una librería.
Márai inicia su libro Lo que no quise decir con una frase de Churchill escrita en sus memorias de guerra: “los hechos valen más que los sueños”. ¿Por qué hechos como la justicia y una librería pueden terminar siendo una pesadilla? Sueños, venganza y batallas de clase media bombardean Chihuahua.